Día negro para el sector de hidrocarburos en Bolivia. Este sábado en la mañana se confirmó el fracaso del pozo exploratorio Jaguar X6 generando incertidumbre en el país. En la noche se pudo conocer la suspensión de la producción de gasolinas y GLP en la Planta de Separación de Licuables Carlos Villegas (Gran Chaco) como consecuencia del sobrestock de gasolinas (gasolina rica en isopentanos y gasolina estabilizada) – subproductos- y frente a la imposibilidad de evacuar estos productos que normalmente eran exportados, pero que ahora, en las circunstancias de pandemia, no es fácil conseguir mercados.
Informes a los que accedió money.com.bo revelan que los altos saldos en los tanques de gasolinas se vinieron registrando durante todo este período de cuarentena y no había manera de evacuarlos. El incremento (tan deseado) de la demanda de gas a Argentina como efecto del período de invierno ha precipitado este desenlace de cierre que estaba latente.
Las consecuencias del paro son fundamentalmente dos: se venderá gas rico en licuables (GLP y gasolinas) a Argentina al precio de gas en energía del contrato. Lo más posible es que los licuables los extraigan en territorio del vecino país; segundo puede presentarse un déficit de GLP en el mercado interno en vista de que el consumo de este producto en los hogares se ha incrementando notablemente durante la cuarentena y la principal fuente de abastecimiento es la planta Carlos Villegas. Es posible que el margen de autonomía en tanques de GLP esté en niveles muy bajos.
Al respecto, el exministro de Hidrocarburos Álvaro Ríos, precisó que es parte del negocio y de los efectos de la pandemia, y por lo tanto habrá que mandar gas rico a Argentina.
Otro connotado experto del sector que pidió mantener en reserva su nombre, dijo que las consecuencias de parar una planta siempre son impredecibles que van desde lo operativo hasta lo comercial.
En lo operativo, indicó que si no hay una secuencia adecuada de arranque de la planta puede sufrir serios daños y si no ha habido mantenimiento, YPFB tiene que haber tomado recaudo, llamar a los técnicos y preparar los repuestos.
El otro aspecto fundamental que cita es el económico pues se estará entregando gas fuera de especificaciones en cuanto a poder calorífico se refiere, es decir, un gas más rico de lo establecido en el contrato con Argentina.
“Eso representa dejar de producir lo volúmenes que procesa la planta, los mismos que se pierden en el gas y tienen un costo económico para el país que debe sumarse a la importación de ese combustible. Hace algunas semanas se veía venir esta situación y de ahí salió la pregunta del por qué YPFB estaba comprando diésel y gasolina. Si se efectuó dicha compra se ha hecho un daño económico terrible al Estado”, añadió el experto.
En criterio de un exviceministro de Industrialización, la parada de la Planta Gran Chaco es un tema complejo.
“El Estado no puede perder, las plantas de Industrialización se construyeron para darle valor agregado al gas natural con los productos procesados no para que los funcionarios hagan Business y las plantas parezcan deficitarias”, sostuvo.
Según reveló, en el Comité de Producción y Demanda PRODE de enero/2020 se le preguntó a YPFB quien le autorizó a mezclar los productos industrializados, pero no supieron responder. La Gerencia Comercial se habría autorizado sola.
Es más, señala que se autorizaron para poder hacer los negocios, pues usaron los ductos de YPFB Transporte, los tanques de almacenaje de Logística y se pasaron por encima de YPFB Chaco que realiza el O&M de la Planta Gran Chaco.
Afirma que el Isopentano de la Planta Gran Chaco que se exporta a Perú y Brasil a precio regalado lo han negociado con contratos de exportación.
Añade que cuando el Ente Regulador (ANH) descubrió las maniobras con los productos industrializados YPFB Comercial no supo cómo justificar. Se les pidió informe y tampoco respondieron.
Se envió la consulta al Departamento de Comunicación de YPFB, pero no se obtuvo respuesta.
