Los nervios están a flor de piel en los hoteles de Barcelona. Los teléfonos echan humo, las caras en los despachos delatan preocupación: están en primera línea del terremoto causado por la cancelación del Mobile World Congress (MWC), la feria tecnológica más importante del mundo.
“Estamos inmersos en un gabinete de crisis, gestionando las cancelaciones. Nos hemos quedado sin el 90% de las reservas”, explica Sergio Grao, director del hotel Zenit Borrell. La situación se repite en todo el sector, corrobora la representante de otro hotel, el Century: “Es un momento muy estresante, el Mobile genera más trabajo que cualquier otra feria. No sabemos cómo gestionar estas cancelaciones, ni sabemos qué podremos recuperar”.
Los ingresos que aportaron en 2019 a Barcelona las 2.800 empresas y 100.000 asistentes registrados en el MWC ascienden a 500 millones de euros. La patronal Pimec calcula que las pérdidas para las pymes catalanas serán de 220 millones de euros. El consorcio público-privado Turisme de Barcelona informa de que el MWC representa el 15% del turismo de congresos anual de la ciudad. El Gremio de Hoteles cree que se han perdido cerca de 30.000 reservas de habitaciones, y que las empresas solo tendrían asegurada la mitad de su facturación.
Hotelería, transporte, comercio, servicios tecnológicos y restauración son los sectores más perjudicados, según Pimec. Los damnificados pueden ser grandes compañías o autónomos como la taxista Viviana Patiño, que estima que facturará en febrero un 20% menos de lo previsto. “El Mobile nos salva el mes, son semanas de menos turismo. Son cinco días intensos, con jornadas de once horas de trabajo sin parar”, explica Patiño. También el presidente de la patronal de apartamentos turísticos de Barcelona (Apartur), Enrique Alcántara, aseguró a la televisión municipal Betevé que el MWC es fundamental “para salvar la temporada baja”. Apartur destaca que el congreso del móvil representa un 4% de la facturación anual de los apartamentos turísticos de la ciudad, y que se dejarán de ingresar 14 millones de euros.
El efecto en la hostelería también es especialmente grave. El Gremio de Restauración avanzó a Efe que la facturación en el sector será de unos 40 millones de euros menos. Pablo Romero, del restaurante Tragaldaba, confirma que el perjuicio es elevado porque se pierden clientes con un elevado poder adquisitivo: “Los restaurantes contactamos con agencias del MWC para ofrecer menús especiales. Si mi precio normal son 35 euros por cubierto, en una cena de negocios del congreso el precio sube a 80 euros. Son grupos que gastan mucho, sobre todo en vino, no les importa dejarse 200 euros en botellas de calidad”. La empresa de reservas online El Tenedor valora que el gasto por comensal en la hostelería de Barcelona durante el MWC es un 44% superior al gasto habitual.
Isabel Gomilá, empresaria de ocio nocturno, explica que para las salas de baile la suspensión del MWC es un golpe. “Las discotecas pueden abrir entre semana durante los días del Mobile, incluso pueden reservarte la sala para celebraciones privadas”. La Federación Catalana de Asociaciones de Actividades de Restauración y Musicales (Fecasarm) indica que las pérdidas en la restauración, sumando las del ocio nocturno, alcanzan los 117 millones de euros, y que no se materializarán 5.000 contratos de trabajo temporal previstos.
Gomilá enumera inconvenientes que genera la suspensión del evento mientras el peluquero Eloy Molina da los últimos retoques a su cabello. Molina dice que los efectos también se percibirán en su negocio, el salón de peluquería Twelve-Six: “Esta zona es muy frecuentada por visitantes extranjeros y el MWC siempre nos aporta algún cliente, sobre todo los huéspedes de los hoteles cercanos”.
Las pérdidas del ocio nocturno se trasladarán también al sórdido negocio de la prostitución. “Conozco personas que han trabajado como chóferes en el Mobile. Y por las noches no era infrecuente que tuvieran que llevar a los ejecutivos a prostíbulos”, recuerda el restaurador Pablo Romero.
Incomprensión y miedo
Ramón Valdivia está seguro de que la anulación de la feria se notará en la facturación de su empresa, Home Digital Systems, especializada en la distribución y venta de equipos audiovisuales y domótica. “Los asistentes al MWC suponen un aumento de las ventas; son personas con alto poder adquisitivo y con interés tecnológico”. Otra alteración para Valdivia es que en ediciones anteriores del congreso se habían producido oportunidades de colaboración con compañías que le ofrecían la distribución de productos de última generación presentados en el MWC. Valdivia admite dudas sobre las razones para cancelarlo: “Es verdad que hay pánico ante el coronavirus, pero en el resto de Europa se están celebrando ferias que no se suspenden. Comparativamente no se entiende”.
Mari Carmen Campos, propietaria de la tienda de material de viaje Tot Maletes, lo ve diferente que Valdivia, porque si bien es consciente del “gran daño a la economía”, también para ella, admite haberse quedado más tranquila: “Si se celebrara y sucediera algo, diríamos que por qué no se canceló. La misma Organización Mundial de la Salud ha advertido que es una amenaza de primera. A mí me da miedo, soy humana”.