Muestras de aguas residuales del sistema de alcantarillado de París han vuelto a mostrar rastros de COVID-19 desde finales de junio, tras desaparecer cuando Francia impuso estrictas medidas de confinamiento, según el jefe del laboratorio que dirige la investigación.
Las tasas de infección en Francia están disminuyendo, pero el Gobierno esta semana hizo obligatorio el uso de mascarillas en espacios públicos cerrados tras una serie de brotes localizados. Hasta la fecha, el COVID-19 ha matado a más de 30.000 personas en Francia.
Los primeros estudios realizados por científicos en Países Bajos, Francia, Australia y otros lugares sugieren que el muestreo de aguas residuales para detectar signos del coronavirus SARS-CoV-2 podría ayudar a estimar la cantidad de infecciones en un área geográfica, sin tener que analizar a cada persona.
Laurent Moulin, quien encabeza el laboratorio de investigación dirigido por la empresa pública de servicios de agua Eau de Paris, advirtió que los hallazgos por sí mismos no significaron un resurgimiento del virus en la población desde que Francia alivió las restricciones.
Pero agregó que cuando se toma junto con otros datos puede ser una señal de advertencia útil de la propagación del virus, incluso antes de que las personas se sientan lo suficientemente enfermas como para buscar ayuda médica.
“Tuvimos el cierre, lo que redujo el número de personas enfermas, y luego vimos una reducción de la concentración de SARS-CoV-2 en las aguas residuales”, dijo Moulin, refiriéndose a la cepa del virus detrás del COVID-19.
“¿Qué estamos viendo desde finales de junio? Hemos visto algunas ubicaciones que fueron negativas (por rastros de virus) y se están volviendo positivas”, destacó.
Las tasas de infección en París están disminuyendo en línea con la tendencia a nivel nacional.
El muestreo de aguas residuales detecta genomas de coronavirus, fragmentos del material genético de la enfermedad que no son infecciosos y pueden ser emitidos por personas que no muestran síntomas.
REUTERS.