Egipto se erige en mediador para calmar los ánimos entre Israel y Hamas

Con globos incendiaros de un lado y con bombardeos del otro, el movimiento palestino de Hamas e Israel están inmersos desde hace días otra vez en una lucha que una delegación egipcia intentará apaciguar durante una visita el lunes a Gaza.

El enclave palestinos de dos millones de habitantes, de los cuales más de la mitad vive bajo el umbral de la pobreza, está acostumbrado a los lanzamientos de cohetes y a los ataques de represalia israelíes.

Pero en los diez últimos días se verificó un constante aumento de la violencia, partiendo de los lanzamientos de globos incendiarios –globos llenos de helio y atados a una carga explosiva– desde la Franja de Gaza hacia el territorio israelí.

En los últimos días, a estos globos, responsables de al menos 149 incendios según los servicios de bomberos israelíes, se añadieron disparos de cohetes. También, palestinos se acercaron a la barrera altamente protegida entre la Franja e Israel.

Por su parte, Israel multiplicó los bombardeos nocturnos contra la Franja, controlada desde 2007 por el movimiento islamista de Hamas, reforzó su bloqueo al enclave prohibiendo a los pescadores gazatíes salir al Mediterráneo, y cerró Kerem Shalom, el único punto de entrada de mercancías entre Gaza e Israel.

El ejército israelí bombardea la Franja de Gaza, el 16 de agosto de 2020

Israel bloqueó además la entrega de combustible al enclave, por lo que la Autoridad de la Energía de Gaza anunció que la central eléctrica ya no podrá operar “a pleno rendimiento”, hundiendo al territorio, ya acostumbrado a los cortes de corriente, en un “déficit” eléctrico “de más del 75%”.

“El ejército israelí responderá con fuerza a cualquier violación de su soberanía hasta que se restablezca totalmente la calma en el sur del país”, alrededor de la Franja de Gaza, advirtió el domingo el ministro israelí de Defensa, Benny Gantz.

Una compleja tregua

El lunes a mediodía, una delegación egipcia llegó a la Franja a través del punto de entrada israelí de Erez, indicaron fuentes de seguridad y testigos.

Hamas e Israel libraron tres guerras, en 2008, 2012 y 2014, y pese a una tregua el año pasado auspiciada por la ONU, Egipto y Catar, los dos bandos se enfrentan esporádicamente, a riesgo de una sangrienta escalada.

La tregua prevé el envío por parte de Catar de una ayuda financiera mensual de unos 30 millones de dólares estadounidenses (25 millones de euros) a la Franja de Gaza.

Pero esta suma entra a Gaza a través de Israel. Durante este año, se lanzaron cohetes desde Gaza para presionar a los responsables israelíes para que aceleren el acceso a esta ayuda e intentar, en general, que Israel levante el bloqueo que mantiene sobre el enclave desde hace más de una década.

La ayuda catarí continua hasta septiembre y se espera un anuncio acerca de si será prolongada.

Tropas israelíes cerca de la frontera entre Israel y Gaza, el 16 de agosto de 2020<br />

“Catar no abandonará a Gaza y creo que este país informó a Hamas de su acuerdo de pagar hasta finales de año o por una año más”, dijo a la AFP Mukhaimer Abu Saada, profesor de ciencias políticas en la universidad de Al Azhar de Gaza.

El acuerdo de tregua entre Israel y Hamas prevé además la financiación del proyecto de desarrollo económico en el enclave palestino, con la esperanza de reducir el desempleo, que roza el 65% entre los jóvenes.

Pero “el bloqueo reside en estos otros desafíos”, resume un observador para explicar el recrudecimiento de la violencia entre Israel y Hamas, y la visita de la delegación egipcia.

Más recientemente, el acuerdo de normalización de relaciones entre Israel y Emiratos Árabes Unidos fue criticado por los palestinos, incluido Hamas.

Israel desea extender esta normalización a otros países árabes de la región, lo que un conflicto con Hamas, aliado de Catar –rival a su vez de Emiratos– “podría comprometer”.

El movimiento islamista busca por su parte garantizar la ayuda y quiere evitar un conflicto en plena pandemia de covid-19, subraya Abu Saada, que estima que ambas partes quieren evitar una escalada.

AFP.

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