Mas respiradores con supuesto sobreprecio vuelven a complicar a Áñez

A la adquisición de respiradores españoles para atender a los pacientes graves de coronavirus COVID-19, y que detonó en la caída de varias autoridades y funcionarios del ministerio de salud, se ha sumado una segunda denuncia de presunto sobreprecio, esta vez por la adquisición de equipos de procedencia china.

A este caso, se suman las observaciones por el retraso en la entrega de los equipos de donación que llegaron hace ocho días de EEUU y que ayer la Presidenta garantizó una distribución equitativa en los diferentes departamentos del país.

Una investigación periodística del portal Detrás de la Verdad da cuenta que el Gobierno escondió 324 respiradores que compró a un intermediario con un presunto sobreprecio de más de seis millones de dólares.

La transacción se habría realizado en mayo entre la empresa china Ysenmed y la intermediaria boliviana Grupo AGEM Ingeniería y Proyectos.

El precio total fue de casi nueve millones de dólares por lo que cada uno llegó a costar 30 mil dólares, cuando su precio real, de acuerdo a una cotización es de 8.900.

“Si el estado boliviano hubiese hecho la compra directa a la empresa, el costo por los 324 respiradores hubiese sido de 2.883.600 de dólares, sin embargo se pagó cerca de  9.500.000 por la compra de los 324 respiradores marca WHD-1 modelo YSAV400A provocando una diferencia o sobreprecio de 6.000.000 pagados al intermediario en desmedro de los bolivianos”, señala el reporte también difundido por Gigavisión.

También se expuso las seis fechas en las que llegaron al país los respiradores. El primer lote de 35 llegó el 9 de mayo; 65 el 14 del mismo mes; 20 el 19; 30 el 1 de junio; 40 el 6; y 40 el 30 de junio.

De acuerdo con algunos profesionales médicos, según el diario Página Siete, estos equipos presentaron fallas y no se pudieron utilizar y en algunos casos fueron adaptados.

En mayo, el Gobierno compró 170 respiradores españoles que fueron observados por no contar con las características básicas para la atención de pacientes. Su adquisición habría sido con un presunto sobreprecio de casi tres millones de dólares.

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