La capital chilena, donde viven 7,1 de los 18 millones de habitantes del país, inició este lunes con más cautela y temor del esperado, una fase de desconfinamiento casi total tras casi siete meses de pandemia y una de las cuarentenas más largas del mundo.
En el llamado “Súper Lunes”, ocho comunas de Santiago se sumaron a un desconfinamiento que alcanza al 97% de la población de Santiago.
Entre los sectores afectados por la medida del lunes se encuentran los más poblados, con problemas de hacinamiento algunos y cuya población es la que más utiliza la red de transporte público en la capital.
Solamente quedaron dos de las 36 comunas de la capital chilena -Renca y Paine- bajo cuarentena.
Chile mantiene, sin embargo, un toque de queda nocturno en el marco de un estado de excepción impuesto hasta el 15 de diciembre.
La población se toma con cautela el final de la cuarentena, así como el avance de otras comunas a la tercera fase de las cinco del plan de desconfinamiento, que permite la reapertura de terrazas de bares y restaurantes.
Gravita en el ambiente el temor a un repunte de los contagios, que en la Región Metropolitana de Santiago se mantienen estabilizados en torno a 1.800 nuevos casos diarios desde hace al menos dos meses, una “meseta alta”, según indican los especialistas.
“Es como que estoy de acuerdo y no”, dice a la AFP Gabriela Flores, una estudiante de 21 años, en la plaza de Puente Alto, la comuna más poblada de Chile, que dejó la cuarentena este lunes tras 172 días.
“Lo que está pasando es que están haciendo como si nada pasara. Lo que quieren hacer es alzar el comercio y que la gente vuelva a trabajar y así despreocuparse de las personas”, agrega.
Johanna Medina, una dueña de casa de 38 años, piensa que “no deberían” poner fin a la cuarentena, aunque otros agradecen volver a tener un poco de libertad.
“Es bueno, por todo, por el estado de ánimo de la gente. Estábamos muy complicados”, dice Sergio Silva, un conserje de 60 años también de Puente Alto.
En el centro de Santiago, una pequeña protesta de trabajadores agrupados en la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) señala: “No al RETORNO SEGURO, nuestras niños y niñas primero”.
Este desconfinamiento se da en momentos en que se registran 3.332 casos activos de coronavirus, de un total de 457.901 contagiados desde la llegada de la covid-19 a Chile, hace casi siete meses. Los fallecidos suman 12.641 confirmados y 17.065 si se consideran también los casos sospechosos.
“Mantener esta vida covid”
En un primer balance del aumento de la movilidad este lunes, las autoridades indicaron que ésta se había incrementado en un 5% respecto al lunes pasado. Los desplazamientos se mantienen, sin embargo, un 35% por debajo de un año normal en esta misma fecha.
La mayoría de las empresas mantienen el teletrabajo,las clases a distancia en colegios y universidades siguen en casi todo el país, y el comercio opera con aforos reducidos.
También continúan el toque de queda nocturno, cordones sanitarios entre provincias y el cierre de fronteras para el turismo o extranjeros sin residencia en el país.
Este lunes se permitieron, por primera vez desde el inicio de la pandemia, los viajes entre regiones del país, con un permiso previo y un “pasaporte sanitario”, lo que llevó a incrementar el flujo de personas en los distintos terminales de buses de Santiago.
El inicio de esta apertura en varias comunas del país “es una buena noticia”, dijo la subsecretaria de Salud, Paula Daza.
La portavoz de la estrategia sanitaria volvió a hacer un llamado a los habitantes de Santiago “a mantener esta vida covid”, con el lavado frecuente de manos, el uso de la mascarilla y el distanciamiento físico.
No obstante, preocupan los altos contagios que se mantienen en la región de Magallanes, en el extremo sur del país, que desde hace cuatro semanas experimenta un rebrote de la enfermedad.
AFP.