Catorce civiles, entre los cuales siete mujeres y cinco niños, murieron este martes a causa de la explosión de una mina artesanal en el centro de Afganistán, informaron funcionarios, un acto violento que tuvo lugar a pesar de las conversaciones de paz en Doha entre talibanes y el gobierno afgano.
Además, otros tres niños resultaron heridos en la explosión ocurrida cuando su vehículo pasó sobre una mina en la provincia de Daikundi, señaló en declaraciones el portavoz del ministerio del Interior, Tareq Arian.
El vocero acusó a los talibanes como responsables de la explosión.
Las víctimas se trasladaban hacia un santuario cuando su minibús explotó al contacto con la mina, dijo Nasrulá Ghori, portavoz del gobernador de Daikundi.
Ningún grupo ha reivindicado por ahora la responsabilidad de la explosión. Las minas artesanales han sido una de las armas preferida por los talibanes.
Los “ataques deliberados” contra civiles provocaron la muerte o hirieron a más de 800 personas en la primera mitad de 2020 en Afganistán, de acuerdo a un informe de la ONU publicado en julio pasado.
Esta explosión tuvo lugar mientras el jefe del proceso de paz afgano, Abdulá Abdulá, se encuentra en visita oficial en Pakistán, considerado como un vecino influyente de Afganistán.
Expresándose en Islamabad, adonde llegó el lunes, dijo que “el hielo (se) había roto” en las conversaciones de paz entre los talibanes y el gobierno de Kabul, que empezaron el 12 de septiembre.
Tras más de dos semanas de reuniones, ambas partes aún no han logrado ponerse de acuerdo sobre cuestiones esenciales, en particular sobre qué interpretación del Islam se seguirá para definir el futuro del país.
Afganistán desconfía profundamente de Pakistán, uno de los tres países que en su momento reconocieron al régimen talibán (en el poder entre 1996 y 2001) y al que acusa de apoyar a los insurgentes desde aquella época.
Islamabad niega tal apoyo, pero declaró que su influencia sobre los talibanes los animó a continuar las negociaciones con Washington, que desembocaron en un acuerdo a fines de febrero pasado, allanando el camino para una retirada militar estadounidense de Afganistán y para las actuales conversaciones de paz.
AFP.