El primer ministro británico, Boris Johnson, evitó este miércoles una auténtica rebelión en el seno de su propio campo conservador aunque fue acusado por el presidente de la Cámara de los Comunes de tratar con desprecio a los diputados.
Medio centenar de parlamentarios conservadores amenazaron con apoyar una moción que exigía que los diputados tuvieran voz respecto a las medidas tomadas por el gobierno para contener la propagación de covid-19, acusando al ejecutivo de gobernar “por decreto”.
Pero la presidenta de la cámara baja de los Comunes, Lindsay Hoyle, se negó a que los diputados pudieran hablar sobre la propuesta, argumentando que no había tiempo suficiente para un debate apropiado.
En tanto infligía un revés a los rebeldes, Hoyle lanzó un ataque mordaz contra el gobierno y la forma en que instauró las nuevas restricciones.
“Cuento con el gobierno para remediar una situación que considero absolutamente insatisfactoria”, señaló la “speaker”, justo antes de que Johnson tomara la palabra en la sesión semanal de preguntas y respuestas con el primer ministro.
“Cuento además con que el gobierno recupere ahora la confianza de esta cámara y no la trate con el desprecio que ha demostrado”, añadió.
Hoyle ya ha reprendido con frecuencia al gobierno por anunciar medidas relativas a la pandemia a los medios de comunicación antes de hacerlo en el parlamento, y por no brindar a los diputados tiempo suficiente para debatirlas antes de hacerlas entrar en vigor.
El gobierno de Boris Johnson ya había sido acusado de menospreciar a los diputados tras suspender la sesión parlamentaria, el año pasado, en un momento clave en el proceso de salida del Reino Unido de la Unión Europea, decisión que luego el Tribunal Supremo anuló y declaró ilegal.
Ante la pandemia, en marzo pasado fue decretado un confinamiento nacional, que se levantó gradualmente durante el verano (boreal).
Sin embargo, en las últimas semanas se han introducido nuevas restricciones, a causa del aumento del número de personas infectadas.
Johnson participaba este miércoles de tarde en una conferencia de prensa junto a las autoridades médicas para hacer el balance de la evolución de la epidemia, que ha provocado más de 42.000 muertes en el país, uno de los más afectados del mundo.
AFP.