Tres expresidentes de la Generalitat de Cataluña, incluido Carles Puigdemont, denunciaron el viernes en Perpiñán (suroeste de Francia) un Estado español “incompatible”, según ellos, con la Europa de los derechos humanos.
“¿Es normal que los [últimos] tres presidentes hayan sido destituidos por haber realizado acciones pacíficas?”, lanzó Artur Mas, durante una conferencia de prensa conjunta con Quim Torra y Puigdemont.
“Cuando se defienden ideas no violentas, se les llama ‘rebelión’. Cuando se vota y se manifiesta pacíficamente, se le llama ‘sedición’. Y cuando los ciudadanos votan y se actúa siguiendo esos votos, se le llama ‘golpe de Estado’”, se indignó Mas en la Casa de la Generalitat de Perpiñán.
“Con esta España no se puede construir una Europa. La Europa de los derechos humanos es incompatible con un país que solo aplica la represión”, añadió.
Para el ahora eurodiputado Carles Puigdemont, sobre el que pesa una orden de arresto en España por sedición y malversación de fondos, “estamos aquí para denunciar la persecución jurídica” de Madrid.
Puigdemont, que huyó a Bélgica para escapar de la justicia, se dio en febrero un baño de masas ante decenas de miles de personas en Perpiñán, a las puertas de España, donde instó a seguir la lucha por la independencia de Cataluña.
“Tenemos un objetivo claro, el de crear una República catalana que queremos obtener pacíficamente, a través del diálogo y de las urnas. Se nos ha aplicado una justicia paralela”, leyeron en inglés, francés y catalán los tres expresidentes.
El 1 de octubre de 2017, el gobierno regional entonces dirigido por Puigdemont organizó un referéndum de autodeterminación, prohibido por la justicia española y proclamó de manera unilateral una efímera república independiente.
El gobierno central reaccionó colocando bajo tutela a la región, cesando al gobierno regional y convocando elecciones regionales, de nuevo ganadas por los independentistas.
En octubre de 2019, el Tribunal Supremo español condenó a hasta 13 años de prisión a nueve líderes independentistas que permanecieron en España, entre ellos el que fuera mano derecha de Puigdemont en el gobierno, Oriol Junqueras.
El sucesor de Puigdemont, Quim Torra, fue destituido a finales de septiembre de este año, por haberse negado a quitar símbolos separatistas de la fachada de la sede del gobierno regional, como lo exigía la autoridad electoral.
A raíz de esta destitución, se celebrarán nuevas elecciones en Cataluña en febrero.
AFP.