Israel y Baréin formalizaron un acuerdo el domingo para establecer relaciones diplomáticas y firmaron varios documentos en el marco de la apertura de la rica región del Golfo al Estado hebreo.
Una delegación israelí, encabezada por el jefe del Consejo Nacional de seguridad Meir Ben Shabbat, viajó a Manama desde Tel Aviv en el primer viaje directo entre ambos países para formalizar el acuerdo logrado en la Casa Blanca el 15 de septiembre.
Los funcionarios de Israel y Baréin firmaron el domingo el documento por el que se establecen las relaciones bilaterales en presencia de otros dignatarios internacionales y periodistas, indicó un reportero de la AFP. También acordaron siete documentos de entendimiento.
La delegación israelí y los representantes de Baréin firmaron por la tarde en Manama “un comunicado conjunto [que] marcará el establecimiento de las relaciones diplomáticas completas”, y permitirá la apertura de embajadas, señaló un funcionario israelí a la AFP que no quiso identificarse. La apertura de una embajada israelí está prevista en los próximos meses, aseguró.
El acuerdo de normalización “representa un importante paso histórico hacia el logro de la seguridad, la paz y la prosperidad”, dijo el ministro de Relaciones Exteriores de Baréin, Abdellatif al-Zayani, en el aeropuerto de Manama.
“Este gran día hará que la paz sea una realidad. Estas relaciones beneficiarán a ambas partes en diversos ámbitos”, dijo a su lado Meir Ben Shabat, que habló en árabe.
Baréin, una pequeña monarquía donde tiene su base la Quinta Flota de Estados Unidos, se ha convertido en el cuarto país árabe en normalizar relaciones con Israel.
Baréin y Emiratos Árabes Unidos, otra monarquía árabe del Golfo, firmaron acuerdos separados con Israel el 15 de septiembre en una ceremonia celebrada en la Casa Blanca.
Antes de estos dos países, Israel firmó tratados de paz con Egipto en 1979 y con Jordania en 1994, poniendo fin al estado de guerra con esos estados árabes vecinos.
Cooperación económica
Los palestinos condenaron los acuerdos de normalización y acusaron de “traición” a los dos países árabes, ya que hasta ahora la resolución del conflicto israelo-palestino era una condición previa a la normalización de las relaciones de Israel y los Estados árabes.
Antes de su partida de Tel Aviv, Ben Shabat declaró a la prensa que las reuniones en Baréin tenían como objetivo “traducir en programas concretos los acuerdos firmados en la Casa Blanca”, por ejemplo en turismo, aviación, ciencia y tecnología.
El secretario del Tesoro de Estados Unidos, Steven Mnuchin, que vino a Manama con la delegación israelí, destacó la “oportunidad” que estos acuerdos representan para las economías de los países implicados, especialmente en el campo de la tecnología, en una declaración a los periodistas durante el vuelo.
Emiratos y Baréin nunca estuvieron en conflicto con Israel y comparten su animosidad hacia Irán, enemigo de Estados Unidos en la región.
Baréin, gobernado por una monarquía sunita, acusó al Irán chiíta de causar disturbios en el reino desde 2011, cuando las autoridades reprimieron las manifestaciones de su comunidad chiíta exigiendo reformas.
La normalización con Israel provocó manifestaciones en los pueblos chiítas de todo el país.
Frente a Irán
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, elogió el domingo lo que llamó el “acuerdo histórico de paz” con Baréin. “Espero poder contarles pronto sobre más países”, declaró dirigiéndose a su gabinete.
Netanyahu dijo varias veces que otros países árabes podrían establecer relaciones oficiales con Israel, considerando que ahora están dando prioridad al aspecto económico y no a la solución del conflicto israelí-palestino, que dura desde hace más de 50 años.
La administración de Donald Trump está tratando de convencer a otros países árabes de que se acerquen a Israel, un aliado cercano de Estados Unidos.
A principios de esta semana, el secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, dijo que esperaba que Arabia Saudita, líder de las monarquías árabes del Golfo y rival de Irán en la región, “considere normalizar las relaciones” con Israel.
Según él, los acuerdos con los Emiratos y Baréin “reflejan los cambios en curso en la dinámica de la región”.
El reconocimiento de Israel por Arabia Saudita sería un vuelco estratégico en Oriente Medio.
Pero el reino indicó claramente que no seguirá el ejemplo de los Emiratos y Baréin, que rompieron el “consenso árabe” que condicionaba la normalización de las relaciones con Israel a una solución del conflicto israelo-palestino.
AFP.