Iota tocó tierra este lunes en el Caribe norte de Nicaragua como huracán de categoría máxima, acompañado de intensas lluvias y vientos que arrancaron árboles y techos de las endebles viviendas, mientras avanzaba al interior de Centroamérica, una zona devastada hace dos semanas por el ciclón Eta.
“En este momento el ojo del huracán se encuentra ya tocando el límite de la costa de Haulover”, 41 km al sur de Bilwi, principal ciudad del Caribe norte, afirmó en rueda de prensa el director de Metereología del Instituto Nicaragüense de Estudios Territoriales (Ineter), Marcio Baca.
El ciclón llegó con vientos fuertes de hasta 260 km/h e intensos aguaceros que inundaron los barrios bajos de Bilwi, que quedó sin fluido eléctrico horas antes de la embestida de Iota, observaron periodistas de AFP en el lugar.
Miles de pobladores fueron trasladados a albergues, mientras otros quedaron en sus frágiles viviendas de madera.
“Se está despegando el zinc de (el techo de) mi casa a pesar de que lo reparamos (después de) el Eta”, dijo a la AFP Silvania Zamora, una habitante de Bilwi, que buscó refugio en la casa de su vecino.
Miles evacuaron
Miles de personas fueron llevadas a albergues en América Central, mientras los gobernantes de la región acordaron formar un frente común para solicitar recursos internacionales para hacer frente a los daños causados por las dos tormentas.
Más fuerte que su predecesor, Iota alcanzó vientos máximos de 260 km/h hora, dijo en un informe el Centro Nacional de Huracanes (NHC) de Estados Unidos.
El centro indicó que el ciclón provoca “vientos catastróficos” y “aguaceros torrenciales” en gran parte de Centroamérica.
Iota sigue la misma trayectoria que el huracán Eta, que dejó más de 200 muertos y desaparecidos en América Central. Unos 2,5 millones de personas resultaron afectadas por el paso de Eta, según estimaciones oficiales.
Honduras, Nicaragua y Guatemala realizan evacuaciones desde la semana pasada, y el huracán afecta también Panamá y la isla colombiana de Providencia, que quedó incomunicada.
Iota deja la muerte de al menos una persona y graves daños en Providencia, que sufrió el deterioro de cerca del 98% de su infraestructura, informó el presidente colombiano Iván Duque en Twitter.
La temporada de ciclones en el Atlántico ha batido récords. Iota es la decimotercera de las 30 tormentas con nombre registradas este año que alcanza la categoría de huracán, lo que obligó a usar el alfabeto griego.
Albergues saturados
Bilwi, la ciudad más poblada del Caribe Norte nicaragüense, comenzó a sentir este lunes la cercanía de Iota, con fuertes ráfagas de viento y lluvias intensas.
Asustados, cientos de indígenas miskitos y afrodescendienteshabitantes del barrio El Muelle, en la costa de Bilwi, suplicaron ser evacuados por las autoridades.
Nicaragua se declaró temprano “en máxima alerta roja en la zona del Caribe Norte”.
“Este es uno de los fenómenos más violentos que se han acercado a nuestro país”, advirtió González.
El noreste de Nicaragua, una región extensa y poco poblada, con habitantes de las etnias miskito, sumos, garífonas, además de creole y mestizos, esperaba el impacto de Iota sin haber terminado de asimilar los efectos del huracán Eta.
Prinsila Glaso, una miskito de 80 años, dijo a la AFP que en su comunidad al sur de Bilwi “todo está destruido” por el paso de Eta, y ante la inminente llegada de Iota, tuvo que dejar el lugar. “No he comido, no sé dónde voy a dormir aquí. Estoy muy triste”, contó.
En Honduras, Iota ya provocaba este lunes rachas de vientos y fuertes lluvias en los departamentos orientales de Gracias a Dios -de población miskita-, Colón, norte de Olancho y parte de Atlántida, según la estatal Comisión Permanente de Contingencias (Copeco).
Según medios locales, más de 175.000 personas habían sido evacuadas desde el sábado, especialmente en zonas inundadas durante el azote de Eta en el Valle de Sula, cerca de San Pedro Sula, la capital industrial del país, 180 km al norte de Tegucigalpa.
Guatemala mantiene la vigilancia en las provincias de Alta Verapaz, Izabal, Quiché, Huehuetenango, Petén, Zacapa y Chiquimula, en las regiones norte, oeste y este, duramente golpeadas por Eta y aún con decenas de comunidades aisladas por derrumbes e inundaciones, según Yelson Samayoa, director del Instituto de Meteorología.
Ante el doble embate de huracanes, los presidentes de Guatemala, Honduras, Nicaragua y Costa Rica clamaron este lunes por ayuda de la comunidad internacional para reconstruir sus países, durante un encuentro virtual.
El presidente del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), Dante Mossi, presente en la cita, propuso reenfocar 2.500 millones de dólares el ente “para restablecer infraestructura, represas y construcción de vivienda social”.
AFP.