Corea del Norte exhibió un misil balístico que puede ser lanzado desde un submarino en un desfile militar celebrado en Pyongyang este viernes, a pocos días de la investidura de Joe Biden en la presidencia de Estados Unidos.
El desfile marcó el congreso del Partido de los Trabajadores (en el poder), en el que el líder norcoreano, Kim Jong Un, afirmó que Estados Unidos es “el principal enemigo” de su país.
“Las majestuosas unidades de élite y las filas invencibles de la República que cruzarán orgullosamente la plaza Kim Il Sung representan nuestro poder absoluto”, afirmó el ministro de Defensa, Kim Jong Gwan, antes del desfile, según la agencia oficial de prensa KCNA.
“El arma más potente del mundo, el misil balístico que puede ser lanzado desde un submarino, entró en la plaza, uno tras otro, demostrando el poderío de las fuerzas armadas revolucionarias”, indicó la agencia KCNA.
Las fotos muestran al menos cuatro misiles dotados con ojivas negras y blancas desfilando en medio de la masa que agitaba sus banderas.
Ankit Panda, un experto del Carnegie Endowment, organización no gubernamental que tiene sede en Washington, declaró que nunca se había visto este modelo de misil.
En el desfile también participaron tropas de infantería, artillería, carros y aviones que formaron el número 8 para celebrar el 8º congreso, agregó la misma fuente.
“Potente capacidad de ataque”
En el desfile, supervisado por Kim, también se exhibieron cohetes con una “potente capacidad de ataque para aniquilar totalmente a los enemigos, de forma preventiva, fuera del territorio”, agregó la agencia oficial.
Este tipo de mensaje significa que las armas tienen un alcance que va más allá de la península coreana y que podrían llegar por lo menos a Japón.
No obstante, la descripción de KCNA no menciona ningún misil balístico intercontinental (ICBM), lo que sugiere que el desfile era menor que el de octubre pasado.
Un nuevo misil balístico intercontinental de dimensiones gigantescas fue exhibido entonces. Según los especialistas, es el mayor misil de carburante líquido que puede desplazarse por carretera conocido en el mundo.
Estados Unidos cuenta con 28.500 soldados en Corea del Sur para defender a este país de su vecino del norte, y una presencia militar significativa en Japón.
Kim Jong Un y Donald Trump mantuvieron una relación tumultuosa, pasando de proferirse mutuamente insultos y amenazas de guerra a celebrar dos cumbres diplomáticas en las que el presidente estadounidense dedicó elogios al líder norcoreano.
Pero, a la postre, no hubo ningún avance sobre el espinoso dosier de los programas nuclear y balístico de Pyongyang. Las negociaciones están en punto muerto desde el fracaso del segundo encuentro entre los dos mandatarios a finales de febrero de 2019 en Hanói.
Una de las razones de la falta de avances fue la ausencia de consenso sobre las concesiones que Corea del Norte estaba dispuesta a hacer a cambio de levantar las sanciones internacionales que sufre.
“Paciencia estratégica”
El cambio de gobierno en Estados Unidos representa un reto para Corea del Norte, pues a Biden, que tachó a Kim de “matón”, se le suele asociar con la “paciencia estratégica” de la que hizo gala la administración Obama.
Estados Unidos debería adoptar una estrategia más clásica con Pyongyang e insistir en los resultados de grupos de trabajo antes de contemplar un encuentro entre los dos dirigentes.
Algunos analistas creen que Corea del Norte aprovechó el congreso para enviar un mensaje a la próxima administración estadounidense, con la idea de obtener concesiones.
La comunidad internacional ha impuesto duras sanciones a Corea del Norte por sus programas de armas nucleares y de misiles balísticos prohibidos.
Al mismo tiempo, el país cerró las fronteras en enero del pasado año para protegerse del virus que surgió en el vecino China, aumentando la presión a su moribunda economía.
Durante el congreso que acaba de concluir, Kim fue elegido secretario general del Partido de los Trabajadores, del que hasta ahora era presidente, un cambio de denominación simbólico que trata de reforzar su poder, según los analistas.
También se permitió hacer autocrítica por el fracaso de la política económica que ha llevado a cabo el país y declaró que “casi ningún sector” había logrado sus objetivos.
AFP.