El arresto de Marilyn Hartman, de 69 años, se produjo dos semanas después de que un juez rechazara un acuerdo de culpabilidad que le habría otorgado libertad condicional por un intento anterior de polizón en un vuelo
Al juzgar por su apariencia, Marilyn Hartman es una señora bonachona e incapaz de hacer el mal. Sin embargo, la mujer de 69 años fue la pesadilla en los aeropuertos del mundo, donde logró engañar a la seguridad y viajar más de treinta veces gratis sin siquiera llevar sus documentos.
Hartman, de pelo blanco, elegante y de buenos modales, nunca necesitó de un pasaporte, un boleto o una tarjeta de embarque. Las autoridades la llaman la “polizón en serie”.
En tiempos en los que la seguridad en los aeropuertos es una obsesión, haber burlado a las autoridades aeroportuarias por 19 años resulta asombroso para quienes investigaron el tema.
Según confesó a la Justicia en EEUU, la mujer solo caminaba entre los otros pasajeros, pasaba un control, dos, llegaba a la sala de espera y luego entraba al avión y buscaba un asiento. Así de sencillo, según informa el diario británico Daily Mail.
Y, cuando era descubierta, simplemente se hacía la distraída y con educación e inocencia inventaba cualquier excusa. “Realmente no quiero meter a nadie en problemas”, le dijo una vez a un oficial de policía que le preguntó cómo había subido a un avión.
Recientemente fue arrestada dos semanas después de que un juez rechazara un acuerdo de culpabilidad que le habría otorgado libertad condicional por un intento anterior de polizón en un vuelo.
Personas se alistan para viajar en el Aeropuerto Internacional O’Hare en Chicago, Illinois, este 25 de noviembre de 2020 (EFE/ Tannen Maury)
Hartman supuestamente abandonó la instalación donde se había estado quedando mientras estaba en monitoreo electrónico. El dispositivo permitió a los agentes del alguacil del condado de Cook rastrearla mientras se dirigía a O’Hare. Los agentes activaron una alarma en el dispositivo de Hartman cuando se acercaba a la Terminal 1, donde fue arrestada.
Los funcionarios del Departamento del Sheriff del condado de Cook dicen que los planes son buscar un cargo de fuga por delito grave para Hartman.
El arresto de Hartman se produce dos semanas después de una audiencia en la corte en la que los abogados y fiscales de Hartman dijeron que llegaron a un acuerdo de culpabilidad en un caso pendiente que habría impuesto 18 meses de libertad condicional, más tratamiento de salud mental ordenado por la corte.
Los procedimientos formales de declaración de culpabilidad no habían comenzado, pero la jueza Peggy Chiampas notificó a los abogados que no estaba dispuesta a aceptar esa sentencia.
Hartman fue arrestada en O’Hare en octubre de 2019 justo cuando intentaba pasar el segundo de los dos controles de seguridad, según los registros judiciales. Fue liberada de la cárcel del condado de Cook hace aproximadamente un año, en un esfuerzo por liberar a los detenidos de bajo riesgo de contraer COVID-19.
El arresto de 2019 violó su sentencia de libertad condicional por pasar furtivamente por la seguridad de O’Hare en enero de 2018, abordar un avión y volar al aeropuerto de Heathrow en Londres sin un boleto.
Según Hartman, su vida como polizón comenzó en 2002, cuando logró evadir los controles y embarcarse en un avión desde Chicago con rumbo a Copenhague. Su siguiente viaje, ese mismo año, fue a París.
Dentro de Estados Unidos, viajó a ciudades como Seattle, Phoenix, Filadelfia, Atlanta o Jacksonville. La mujer, que ha sido capturada muchas veces, fue descrita por un fiscal como “persistente, si no implacable”.
En 2009, fue detenida al intentar salir de Hawaii con la tarjeta de embarque de otra mujer. Sus años burlando la seguridad de los aeropuertos se terminó cuando en 2014 fue arrestada por viajar sin boleto desde San José, California, a Los Ángeles.
Sin embargo, nunca escarmentó. En aquella ocasión un juez la dejó en libertad condicional pero al día siguiente estaba de regreso en el aeropuerto de Los Ángeles. La policía volvió atraparla, y esa vez la Justicia la condenó a seis meses de prisión.
Hartman simplemente dice que le gusta andar por los aeropuertos porque la hacen sentir a salvo y siente la necesidad de subirse a un avión e irse.
(Con información de AP)
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