Dueños de vehículos indocumentados de Trinidad, Beni, pero además de Totora y Capinota, en Cochabamba, realizaron esta semana marchas y asambleas para pedir al Gobierno nacionalizar sus coches que ingresaron de forma ilegal y que en algunos casos son utilizados para fines ilícitos.
El martes 27 de julio, propietarios de unos 400 motorizados sin papeles marcharon en la capital beniana apoyados por choferes sindicalizados de Trinidad. “Queremos flexibilidad para nuestras movilidades indocumentadas. Nosotros pedimos una nacionalización al Gobierno, porque no podemos comprar autos nuevos y con papeles”, sostuvo su dirigente Isidro Gonzales.
Añadió que harán la solicitud a través de la Confederación de Choferes de Bolivia para que interceda ante el Gobierno. “Aquí en Beni, nuestra federación departamental de choferes hará el pedido a la confederación”, precisó el directivo.
En Cochabamba
El lunes 26 de julio, propietarios de motorizados sin papeles realizaron una marcha en el municipio de Totora. Allí se conoció, según un reporte de ATB, que el sector solicita también la nacionalización de esos coches.
Uno de sus dirigentes agregó que en el país circulan unos 150 mil sin documentos.
En tanto, el miércoles 28, otro grupo de dueños de este tipo de vehículos se reunió en un coliseo de Capinota para pedir al Gobierno la nacionalización.
Ilícitos
La Aduana Nacional de Bolivia (ANB), a través del Comando Estratégico Operacional (CEO), realiza operativos en la frontera con Chile para evitar que se internen autos sin papeles, que según los militares son usados en algunos casos como moneda de cambio para otros ilícitos, como el contrabando, el transporte de droga e incluso la trata de personas.
En febrero, Página Siete denunció cómo se reactivaron nueve ferias ilegales donde se comercializan los motorizados sin papeles en La Paz, Oruro, Potosí, Cochabamba, Santa Cruz y también Beni.
En Bolivia existe el Decreto Supremo 29836 que prohíbe el ingreso de vehículos con una antigüedad mayor a los cinco años, sin embargo, la norma es violada periódicamente con la internación de estos coches que en algunos casos incluso entran entre los campos minados que están sembrados en la frontera chileno-boliviana.
Por Jorge H. Quispe C.
Fuente: Página Siete
