El bloqueo de San Julián se mantenía inflexible a pocas horas del inicio de las conversaciones con el gobernador de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho. Incluso, se instaló un nuevo corte de ruta en el tramo Los Troncos-Okinawa por parte de los miembros de la Federación de las Comunidades Interculturales de esta zona.
Un equipo de EL DEBER hizo el recorrido por la zona y llegó hasta los puntos de bloqueo. Decenas de viajeros denunciaron cobros excesivos y “abusivos” por parte de los mototaxis, pues dijeron que, en muchos casos, se les cobró hasta Bs 40 para poder transportarlas entre los puntos de bloqueo.
Pero los transportistas, atrapados por el conflicto, se declararon en emergencia y también se quejaron el por el lucro de los motociclistas. Demandaron a las organizaciones sociales “un poco de solidaridad” para que “al menos concedan un cuarto intermedio” y se los deje pasar con su carga.
“Estoy llevando 26 toneladas de carne de exportación. La entrega es para el lunes en el puerto de Iquique”, dijo José Cusirimay desde la cabina de un camión que transporta un contenedor refrigerado. “Debo encender cada seis horas el motor para mantener refrigerada la carne que está en cajas.
Esta carga debe llegar a China y si no cumplimos nos cobran una multa de $us 70 por día de atraso”, remarcó apenado porque está seguro que no llegará a tiempo para despachar su carga en el navío. Como José, otros 15 camioneros llevan consigo carne de exportación que fue despachada en San Ignacio de Velasco.
Federico Leaño y su hijo Edil están a cargo de una cisterna de Gas Licuado de Petróleo (GLP) de 10.000 galones. La carga está destinada a miles de garrafas que deben abastecer a los hogares en Trinidad, la capital del departamento de Beni, y a los municipios amazónicos de Riberalta y Guayaramerín que son abastecidos a través de transporte fluvial. De hecho, ya existen reportes de desabastecimiento, mientras que don Federico atiende llamados.
“Ya me han preguntado. Y la verdad no sé cuándo podremos entregar este GLP”, explicó preocupado. “Es una carga sensible y por eso nos dan hasta 72 horas para entregarla”, remarcó con pesar, pues ese límite se venció.
“Si se da una fuga por la pérdida de presión o por el calor esto puede acabar mal”, puntualizó Edil, quien espera que los dejen pasar para evitar mayores riesgos.
También se sienten abandonados, pues ya no tienen para pagar sus alimentos. “Estamos pagando Bs 20 por un plato de pollo, pero también necesitamos agua y tenemos la necesidad de bañarnos. No somos parte del conflicto, por eso pedidos solidaridad”, dijo.
Como ellos, al menos 20 camiones cisterna con GLP, gasolina y otros combustibles que salieron el domingo de la Planta Separadora de Líquidos de Yacuiba, en Tarija, no han podido llegar a Trinidad para abastecer a ese departamento, donde ya se siente la carencia de combustibles.
Ante la presencia del equipo de EL DEBER, otros conductores se aproximaron para hacer conocer sus reclamos. Contaron que muchos de sus compañeros están “recaudando” dinero de los viajeros que tomaron el servicio de los motoqueros.
“Sólo les pedimos un pesito para pasar y alimentar nuestra olla común; tenemos compañeros que ya no tienen dinero para comer”, afirmó un conductor que pidió no ser identificado. “Ya soy muy famoso. Más bien, ustedes periodistas díganles que nos dejen pasar”.
Estos choferes estaban a unos cuatro kilómetros de la entrada a San Julián donde está el primer punto de bloqueo desde hace cinco días. Allí existe un enorme promontorio de arena y tierra que cierra el paso. Las motos no pasan y por eso hay que tomar otra moto para recorrer los siete kilómetros del área urbana, donde no existe ningún bloqueo.
Juan Carlos Vilca, el dirigente de los mototaxistas de San Julián, también escuchó las denuncias de cobros abusivos “por el transbordo”. Aclaró que el pasaje “dentro del radio urbano de San Julián es de Bs 3 y que nadie puede cobrar más de Bs 7 por “hacer pasar a las personas hasta el otro punto de bloqueo”. Dijo que existen ‘piratas’ de otros municipios que “están aprovechando el momento”. Anunció sanciones y controles.
El municipio está a 148 kilómetros al norte de Santa Cruz de la Sierra y sus autoridades municipales, además de las organizaciones sociales, como la de los Interculturales, reclaman al gobernador Camacho que cumpla con un pliego de siete puntos, pero al inicio de la medida de presión eran tres. Obras viales (la construcción de la carretera departamental Brecha Casarabe-Núcleo 41 y el asfaltado del tramo Los Troncos-Okinawa), distribución de regalías y la modificación del presupuesto del desayuno escolar, que actualmente contempla Bs 0,90 por ración.
En los últimos dos días fueron agregadas la asignación de ítems de salud, la construcción de un centro técnico agropecuario y la aprobación de personería jurídica para las organizaciones sociales de esa región que está controlada por el Movimiento Al Socialismo.
El gobernador Luis Fernando Camacho convocó al alcalde de ese municipio, Willy Calderón (MAS), cabeza visible de la protesta, y a otros sectores movilizados para reunirse hoy en el Centro de Educación Ambiental. Los manifestantes confirmaron ayer la recepción de la invitación y se preparaban para hacer una vigilia hasta que se logren resultados.
Camacho aseguró que “no tiene problemas” en reunirse con cualquiera autoridad electa, de cualquier partido para buscar solución a sus problemas. Atribuyó la protesta a una decisión política asumida por “los grandes perdedores (de las elecciones) en Santa Cruz: Evo Morales, Adriana Salvatierra y Mario Cronenbold”. Los acusó de promover el bloqueo de caminos días después de que se había llegado a un acuerdo entre delegados de San Julián, la Gobernación y un representante del Gobierno nacional.
La asambleísta Raquel Valencia (MAS) confirmó la llegada de una comisión a Santa Cruz en busca del diálogo “franco y sincero, que haya disponibilidad de la Gobernación para atender las justas demandas de San Julián”. Negó que la protesta sea de carácter política y responsabilizó al Gobernador por “la falta de gestión”.
En la carretera había poca información sobre las negociaciones y al caer la tarde, los dirigentes a cargo del control de la movilización tomaron lista de los asistentes para hacer “el cambio de guardia” de manera que “el turno de la noche” se quede en cada uno de los puntos de bloqueo.
Durante el recorrido que hizo EL DEBER, que duró unas cinco horas en el lugar, no se topó con ninguna patrulla policial y los controles estaban a cargo de los dirigentes interculturales.
Fuente: El Deber