Estas personas que llegaron de Pisigia, frontera con Chile, se sometieron a análisis médicos y al no presentar síntomas, las autoridades decidieron trasladarlas a Llallagua.
El director del Sedes de Oruro, Henry Tapia, denunció este miércoles que pobladores y autoridades del municipio de Llallagua, del departamento de Potosí, amenazaron con quemar a 12 personas oriundas de esa región, que retornaron de Chile en medio de la actual emergencia sanitaria por el coronavirus COVID-19.
“Ayer, en coordinación con el personal médico de Llallagua, se quedó para trasladar (a estas personas a su región de origen), pero lamentablemente debo indicar que al llegar a Llallagua, han sido detenidas por la población (y) autoridades del municipio de Llallagua (…), indicando que se las va a quemar, no puede ser que estén actuando de esa manera las autoridades”, lamentó Tapia, en entrevista con Bolivia TV.
Según información oficial del Gobierno, ingresaron por Pisiga, frontera con Chile, 360 ciudadanos bolivianos, que luego fueron trasladados a sus respectivos departamentos de origen, y las 12 personas rechazadas en Llallagua formaban parte de ese numeroso grupo.
Es así que primero esas 12 personas llegaron a la ciudad de Oruro, donde -de acuerdo a Tapia- fueron aisladas, sometidas a un examen médico y no presentaban ninguna sintomatología, por lo que se decidió trasladarlas a Llallagua.
En Llallagua “debían ser recibidas, había familias esperándolas, pero han tenido que retornar a Oruro y están (siendo sometidas) nuevamente a una valoración médica y están en un lugar de aislamiento”, explicó.
En horas pasadas, el ministro de la Presidencia, Yerko Núñez, repudió enérgicamente los actos que dificultan el transporte de las personas que volvieron al país.
“Les advertimos que aplicaremos todo el peso de la ley contra quienes estén saboteando”, advirtió.