Alto ejecutivo de la empresa de telecomunicaciones AXS fallece por coronavirus, tenía 50 años

 

 

 

R. S. llegó de EEUU el 16 de marzo. Estuvo en EEUU por más de 10 días visitando a su hijo en Miami y pasó por Nueva York antes de regresar a Bolivia. Mostró los primeros síntomas la semana pasada, y se realizó la prueba de forma privada porque, según denuncian sus familiares, el SEDES nunca se apersonó para realizarle la prueba. Al dar positivo y no presentar mayores complicaciones, permaneció aislado en su domicilio, hasta que el sábado se empezó a sentir mal.

Fue llevado a la Clínica del Sur con todas las medidas de bioseguridad. Al ser informadas de su estado, los personeros del SEDES pidieron que sea trasladado al hospital de La Portada, puesto que según ellos, sólo los hospitales designados pueden recibir a los pacientes con coronavirus, refiere el diario Página Siete.

“El traslado fue terrible, la ambulancia no tenía ni camilla”, afirma una de sus sobrinas en un mensaje que difundió en sus redes sociales. En el hospital, el paciente empeoró. La familia atribuye a que no pudo contar con la asistencia de un médico intensivista, pese a los esfuerzos por contratar uno incluso de forma privada.

El domingo por la noche, con un estado aún más crítico, el paciente debía ingresar a terapia intensiva, de modo que se sugirió su traslado a El Alto al Hospital del Norte que era el único que contaba con un especialista en terapia intensiva. Sin embargo el paciente llegó sin signos vitales.

Según el diario paceño, el caso no ha sido reportado todavía por las autoridades sanitarias bolivianas, pero sus parientes confirmaron las causas del deceso, que se produjo alrededor de las 12 de la noche del domingo 29.

Sano y deportista

R. S.  tenía 50 años, estuvo relacionado al mundo de las telecomunicaciones, fue gerente de Entel, de otras compañías y últimamente gerente general de AXS.

Era una persona “tranquila” y muy simpática, dicen sus amigos, amante del golf y un excelente padre. Junto a su esposa privilegiaba ayudar a los más necesitados y gran parte de su tiempo y recursos fueron destinados a obras de caridad con los niños de la calle. 

Dejó a dos hijos jóvenes y a su esposa, que no podrán acompañarlo en un velorio.

 

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