Medidas extraordinarias ante un escenario extraordinario

 

Con una economía que ya venía en franca desaceleración, nos ha tocado a los bolivianos enfrentarnos a mayores retos. Entonces, a ese factor estructural de deterioro, se suma un contexto adverso, producto de la emergencia sanitaria global por el Covid19. Por ende, menor dinámica, mayor incertidumbre y afectaciones por todos lados, que implican un gran desafío para la política económica y capacidad de cohesión social de todos en este país. Veremos si estamos a la altura histórica.

Por el momento, existe un claro dilema entre qué tanto se detiene la economía en la tarea de salvar vidas, evitando situaciones indeseables. La evidencia y simulaciones realizadas nos revelan que el aplanamiento de la curva de contagios se justifica actualmente y, si se acata adecuadamente la cuarentena, los efectos negativos de toda índole habrán valido la pena.

Entre tanto, desde el punto de vista de la política monetaria, se vienen aplicando una serie de medidas, que van desde la consolidación de la institucionalidad y el carácter técnico que le corresponde al Banco Central de Bolivia, y en lo específico, otras que han permitido que el “bache” sufrido por la economía en el periodo octubre-diciembre del año pasado se haya superado favorablemente y reconstruido la confianza, hasta un enfoque de medidas contracíclicas para evitar que la dinámica se enfríe y se refuerce la estabilidad. Un Banco Central debe ser como un árbitro en el futbol, mientras dirija y permita que los actores se desenvuelvan, buscando sus mejores potencialidades, y pase poco visible, mejor. Aunque también puede ser positivo explicar las más importantes.

En tal sentido, el reciente anuncio de inyectar Bs. 3,476 millones a la economía, a través del sistema financiero tiene múltiples propósitos: proveer liquidez, evitar la subida de tasas de interés y coadyuvar a la canalización del crédito y fortaleza del sistema financiero, donde la gente deposita su dinero. Al mismo tiempo, permite que las AFPs con sus propios flujos regulares sigan proveyendo financiamiento también al sector real, vía el mercado de valores.

Primero, que es una medida de corte no convencional, parecida a las ya utilizadas por los países más avanzados y existe amplia evidencia de sus beneficios. Segundo, que ha sido concertada con los involucrados, Instituciones y Reguladores, en un trabajo de relojería probablemente sin precedentes. Lo anterior, ha permitido concretar una operación altamente técnica, que al mismo tiempo no compromete los Fondos de Pensiones de Ahorro Previsional; puesto que el proveedor de recursos es el Banco Central; por lo que, al contrario, mejora su rentabilidad, en condiciones de mercado, tomando en cuenta una curva de tasas, en relación al riesgo que están dispuestas a tomar las AFPs en su rango de acción.

Finalmente, reiterar que no es la única medida y se debe seguir monitoreando y actuando. Por tanto, es un gran avance, pero no la solución a todos los desafíos, los heredados y los que el momento exige, un momento de medidas extraordinarias ante un escenario extraordinario.

 

Wálter Morales Carrasco/ Doctor en Economía, Director del BCB

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