El mandatario brasileño fue recibido este viernes por el presidente Xi en una ceremonia con alfombra roja ante el Gran Salón del Pueblo de Pekín.
El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, se reunió este 14 de abril en Pekín con el jefe de Estado chino, Xi Jinping, con quien espera estrechar lazos. Lula quiere marcar el regreso de Brasil a la escena internacional tras la era Bolsonaro y demostrar que su país puede desempeñar un papel en el “Sur global”, una ambición compartida por Pekín.
China prometió este viernes “nuevas oportunidades” para Brasil, durante una reunión en Pekín entre el presidente Xi Jinping y su homólogo brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, quien la víspera criticó duramente la omnipresencia del dólar estadounidense.
“China perseguirá un desarrollo de alta calidad, acelerará la creación de un nuevo paradigma de desarrollo y se dedicará a la promoción de una apertura de alto nivel”, declaró el Ministerio de Asuntos Exteriores chino en un comunicado recogido por los medios estatales. El desarrollo de China abrirá “nuevas oportunidades” para Brasil y el mundo, añadió la misma fuente.
Impronta en la agenda internacional
En Shanghái, el presidente Lula había afirmado la víspera que Brasil estaba “de vuelta en la escena internacional”, queriendo pasar la página del aislamiento bajo la presidencia de su predecesor ultraderechista Jair Bolsonaro.
Para Emmanuel Véron, especialista en la China contemporánea, existe una voluntad por parte de Lula, que acaba de ser reelegido al frente de la Federación Brasileña, de dejar su impronta en la agenda internacional.
“Lo que es interesante ver es que Brasil está intentando volver a encontrar su camino en América Latina, pero también en el Sur global. Eso explica las relaciones cada vez más densas con China, pero que están en la continuidad de los últimos 20 o 30 años de relaciones bilaterales entre China y Brasil, sobre todo con consorcios industriales, consorcios agroalimentarios, con una reprimarización de la economía brasileña, precisamente con el refuerzo de los vínculos comerciales y económicos chinos”, explica Véron.
La ambición de China de convertirse en líder del “Sur global”
Ofensivo en todos los frentes, el presidente chino Xi Jinping quiere situar a Pekín en el centro de un nuevo orden mundial. No oculta su ambición de establecer a China como líder del Sur global, la zona que reúne a cuatro quintas partes de la humanidad. Esta iniciativa incluye la desdolarización y la yuanización de las economías del Sur global en un contexto de sanciones internacionales.
“La cuestión de la desdolarización, y en última instancia de la yuanización, es un tema en el que se trabaja desde hace varios meses y vemos que los chinos pasan ahora a la acción porque han conseguido convencer a los rusos, no sin dificultad”, comenta Emmanuel Véron. “El propio Brasil es muy favorable a este tipo de yuanización de las economías. Es también el caso de las economías de Oriente Medio, pienso en los acuerdos con Arabia Saudita, aliado histórico de Estados Unidos en materia de seguridad, militar y diplomática, y pensamos también en Irán, en un contexto de sanciones internacionales”, añade.
Para este especialista en la China contemporánea, hay un contexto estratégico que es el de las sanciones que lleva Washington, y que precisamente Pekín muestra como una especie de frente contra el Sur global: “Pekín intenta ser el líder del Sur global, intenta hacer avanzar a sus peones en esta desdolarización, esta yuanización y encontrar una vía de liderazgo en el seno de la Organización de Cooperación de Shanghái, en el seno de los Brics y tenemos una ampliación de países socios antes de finales de año y el año que viene, lo que enriquecerá las filas de estas diversas organizaciones internacionales no occidentales”, concluye.
Fuente: RFI