Federación de Ganaderos observa un acto de sabotaje a la recuperación económica y alerta riesgo de seguridad alimentaria y exportaciones. Senasag justifica la ausencia de la infección y del virus de la fiebre aftosa.
Mientras los productores que desarrollan ganadería intensiva en el departamento de Santa Cruz se oponen al cese de la vacunación contra la fiebre aftosa -el último ciclo está en curso- atribuyendo que pone en riesgo el estatus de país libre de la enfermedad, cuya condición permitió habilitar mercados de exportación, los criadores de bovinos reproductores de razas cebuinas ven una oportunidad para negociar la salida de genética a mercados que exigen toros reproductores y matrices (vacas) que provengan de países libres de aftosa sin vacunación.
A decir del gerente general de la Asociación Boliviana de Criadores de Cebú (Asocebu), Fernando Baldomar, desde hace más de un año una quincena de cabañas dedicadas a la reproducción genética trabaja bajo el esquema de certificación zoosanitaria de ‘compartimento’ libres de enfermedades animales, incluida la fiebre aftosa.
“Los predios tienen una sanidad y medidas de bioseguridad diferenciada, exentos de vacunas. Todos los países que tienen la condición libre de aftosa sin vacunación exigen el mismo estatus, caso de Perú, que es, entre otros mercados, el que manifestó interés de compra de toros y matrices reproductoras (de las razas nelore y nelore mocho) que provengan de esos predios para repoblar su hato bovino en la zona amazónica de ese país”, manifestó Baldomar, al reconocer que diligencian con el Servicio Nacional de Sanidad Agropecuaria e Inocuidad Alimentaria (Senasag) procedimientos para habilitar protocolos para exportar material genético al vecino país y otros.
Puso en claro que en el mercado y comercio interno, todos los animales y sus productos que salen de Santa Cruz a Beni proceden de las cabañas de ‘compartimento’, esto debido a que este departamento tiene estado sanitario libre de aftosa sin vacunación.
Baldomar evitó comentar acerca de la decisión del Senasag de dejar sin efecto la vacunación contra la aftosa desde el próximo año, resaltando que los cabañeros trabajan para proveer genética para que los ganaderos nacionales y clientes extranjeros produzcan más carne y más leche en menos tiempo, siendo eficiente. “Tenemos excedente de productos –animales vivos, semen y embriones– que podemos exportar y son productos no tradicionales que, obviamente, en cualquier país en una coyuntura difícil, tal es el caso de Bolivia, puede atraer divisas y así mejorar el desempeño de las reservas internacionales. Nosotros, desde la parte privada y el ámbito productivo, lo que queremos es empujar el desarrollo del país”, dijo Baldomar.
Hizo notar que durante la feria Agropecruz 2023, cabañas registradas en Asocebu generaron negocios con sus pares de Perú, Colombia y Guatemala que compraron, principalmente matrices. “Expresaron interés para habilitar protocolos y sus mercados El Salvador, México, Ecuador y Brasil que expresaron interés para habilitar el protocolo de comercio de toros reproductores y matrices en pie”, anotó Baldomar, al dar cuenta de que con este último país está habilitada la exportación de material genético de reproductores.
En la otra vereda, el anuncio de suspensión del ciclo de vacunación contra la fiebre aftosa plasmado en las resoluciones 111/2023 y 112/2023 referidas al cese de la vacunación del pasado 18 de abril, es resistido por la Federación de Ganaderos de Santa Cruz (Fegasacruz) que, a tiempo de declararse en emergencia, pidió al Senasag que revierta la medida por considerarla unilateral.
En criterio del presidente de Fegasacruz, Adrián Castedo, llama la atención que el Sesanag defina poner fin a la vacunación cuando son los productores los que corren con los gastos del manejo del ganado, el biológico y la aplicación. “Es un acto de sabotaje a la recuperación económica del país. Con esta decisión inculta se ponen en riesgo la seguridad alimentaria del país y las exportaciones actuales y futuras de carne bovina”, expresó.
Comentó que el modelo de vacunación -data de hace 26 años- ha permitido al sector, en los últimos cuatros años, pasar de exportar 2.000 a 10.000 toneladas de carne. “Por ello, el sector determinó continuar con la vacunación de la fiebre aftosa mientras no exista “un plan sanitario y de contingencias adecuado”, que cuente con los recursos necesarios en el caso de un brote y que esté certificado dentro del Sistema Nacional de Emergencia Zoosanitaria”, expuso.
El pasado 20 de abril, el Senasag anunció que dejaría de inmunizar contra la fiebre aftosa, y que buscaría obtener el estatus de ‘país libre de fiebre aftosa sin vacunación’. Días atrás, en una entrevista con Santa Cruz Agropecuario, el director nacional del Senasag, Javier Suárez, argumentó que la decisión de suspender la vacunación contra la fiebre aftosa y buscar la certificación de país libre de la enfermedad sin vacunación se basa en el objetivo principal del Programa de Erradicación de la Fiebre Aftosa.
“Las últimas pautas de 2021 a 2025 están definidas en el Programa Hemisférico de Erradicación de la Fiebre Aftosa. En este periodo hay un plan de acción específico que determina dos objetivos aplicables para el país, dar continuidad a la transición hacia el estatus oficial de libre de aftosa sin vacunación en las zonas donde aún se inmuniza y mantener el estatus sanitario en los territorios declarados libre de la enfermedad sin vacunación”, afirmó Suárez.
Aclaró que los esquemas de vacunación que Bolivia ha aplicado en las diferentes zonas del territorio nacional datan de 2010 bajo un lineamiento de control progresivo de la aftosa que ha permitido que el país obtenga diferentes certificados internacionales de país libre con y sin vacunación. Adicionalmente a estos avances, la ausencia prolongada de nuevos casos, desde 2017 no se registra un brote, y los estudios científicos realizados reflejan una ausencia de la infección y del virus de la fiebre aftosa”, especificó Suárez.
Lograr esta condición sanitaria, a decir del director nacional del Senasag, permitirá a Bolivia potenciar los mercados de exportación a países de Europa, Japón, de Asia y de Medio Oriente.
En diciembre de 2022, citado en la estatal ABI, el viceministro de Comercio Exterior e Integración, Benjamín Blanco, refirió que Bolivia exportó 18.560 toneladas de carne bovina y alcanzó un récord de $us 120 millones por la venta de ese producto cárnico en mercados del exterior.
Describió que el país exportó productos cárnicos en cortes especiales, hamburguesas congeladas y otros a China, Hong Kong, Ecuador y Perú. El gigante asiático demandó carne por un valor de $us 98,7 millones.
Asimismo, Blanco destacó que Bolivia no sólo exporta carne bovina, sino también comercializa en el mercado internacional semen de razas cebuinas a países vecinos como Brasil y que se cerró acuerdo con Cuba y otros países de la región.
A decir del gerente general del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), Gary Rodríguez, el sector agroalimentario reviste una importancia estratégica, al tener que ver con la vida misma. “Lo demuestra el hecho que, durante la pandemia de 2020, el sector ganadero no paró, garantizó el abastecimiento interno de carne y generó excedentes de exportación”, anotó, al indicar que fue un trabajo público-privado por años para declarar a Bolivia ‘país libre de aftosa’ que sirvió para abrir mercados externos. “El privado invirtió en pastos, potreros, frigoríficos, genética y sanidad; el Gobierno negoció un protocolo sanitario para abrir el mercado chino”, contextualizó.
Acotó que el esfuerzo sinérgico Gobierno-empresarios dio el resultado esperado. En 2005 la exportación de carne de res y derivados era de 1.000 toneladas por $us 2 millones; con la apertura de China se disparó a $us 24 millones en 2019; en plena pandemia hubo un récord por $us 70 millones y en 2022, la carne, hamburguesas y despojos comestibles sumaron $us 187 millones, “monto que pudo ser el triple, pero los cupos limitaron la exportación”, subrayó.
Cambio de paradigma
En el documento ‘Un cambio de paradigma ante la fiebre aftosa’, Patrik Buholzer y Pedro Moura, director ejecutivo y presidente de International TAFS Forum, respectivamente, citan que, en los últimos 30 años, la carne y los productos cárnicos procedentes de animales vacunados se han comercializado de forma segura desde países o zonas de Sudamérica “libres de fiebre aftosa con vacunación”, con exportaciones de más de 8,5 millones de toneladas de carne en la última década. “Esto demuestra que el comercio entre zonas libres de fiebre aftosa ya se considera seguro”, precisan los expertos.
Relievan que la distinción entre los dos estatus de libre de fiebre aftosa con o sin vacunación ya no es apropiada. Con las mejoras tecnológicas de las vacunas y los diagnósticos adecuados, la fiebre aftosa puede controlarse, y el riesgo de circulación viral enmascarada no detectada es extremadamente bajo.
Es más, el estatus de “libre de fiebre aftosa con vacunación” puede proporcionar una mayor seguridad que el de “libre de fiebre aftosa sin vacunación”, y esto se aplica tanto a los casos en los que los países han alcanzado el estatus de “libre de fiebre aftosa con o sin vacunación”, especialmente en las regiones en las que el virus sigue estando presente de forma activa, o en las zonas circundantes, como en las regiones en riesgo debido a la globalización del comercio.
La erradicación mundial de la fiebre aftosa sólo podrá lograrse si se utilizan todos los medios preventivos eficaces disponibles y se eliminan las barreras innecesarias y los incentivos al riesgo. Cada país debe tener la posibilidad de aspirar a un estatus libre de fiebre aftosa con o sin vacunación, tomando la mejor decisión en función del riesgo asociado a su contexto, por lo que ambos estatus deben ser reconocidos como equivalentes.
Fuente: El Deber