Lo normal es que un cliente pague por un producto cuando lo compra. En un mundo al revés, el dueño del negocio le tiene que pagar al cliente para que se lleve el producto porque hay muy poca demanda, no tiene dónde almacenarlo y además hay un virus que amenaza con provocar un desastre económico.
Eso fue justamente lo que ocurrió el lunes cuando el precio del petróleo cayó a menos de cero. Y aunque este martes se recuperó, aún permaneció históricamente bajo.
Nunca antes el crudo WTI (el que se transa en Estados Unidos) había llegado a ese extremo.
El precio de los contratos a futuro con vencimiento en mayo bajó hasta -U$37.60 el barril, básicamente porque los mercados están inundados de petróleo y no hay compradores.
Es cierto que este martes el precio cerró a US$10 el barril, pero aún así sigue estando un 84% por debajo de su precio más alto en enero.
Ahora los inversores están con los ojos puestos en las compras a futuro de crudo WTI con vencimiento en junio. Y ese precio también cayó 43%, cerrando a US$11.57 el barril.
Con este panorama, pareciera que el desplome petrolero del lunes no fue simplemente una rareza, según el análisis de expertos en el sector energético.
Se anticipan más caídas e incluso la quiebra de algunas petroleras estadounidenses.
Este nuevo escenario deja en evidencia la profundidad del contango en el mercado petrolero.
Tan profundo que analistas del banco de inversión estadounidense Citigroup lo han catalogado como un supercontango, una palabra rarísima que se usa en principalmente en la jerga de los mercados futuros de materias primas.
¿Qué es y cómo funciona?
El contango es una situación que se produce cuando el precio actual es inferior al precio a futuro.
Y si ese diferencial es muy grande, pues se trata de un supercontango.
Con el panorama económico actual, algunos analistas predicen efectos que pueden prolongarse por meses y hasta por años.
“Esto recuerda mucho una época a mediados de los años 80, cuando ocurrió exactamente la misma situación: demasiada oferta, muy poca demanda y los precios del petróleo se mantuvieron bajos durante 17 años”, le dijo a la BBC John Browne, exjefe de la empresa British Petroleum (BP).
Por lo pronto, los operadores proyectan que los precios del crudo serán más altos en el futuro, cuando los efectos de la pandemia hayan pasado y la demanda se recupere.
El contango provoca que muchas agencias o comerciantes compren petróleo a bajo precio para esperar a que suba y luego venderlo.
Sin embargo, Ernie Barsamian, director de Tank Tiger, una compañía que busca lugares dónde almacenar el petróleo, señala que esa jugada es incierta en estos tiempos, dado que no se sabe cuál -o cuándo- puede ser la salida para la actual crisis.
“Si quieres alquilar un buque grande para hacer contango, cuesta US$50.000 por día. Depende en general del tamaño y el tiempo que esté en alta mar, pero puede costarte hasta US$1,50 por barril. Es un precio muy elevado”, señala.
¿Volver a la normalidad?
La magnitud del supercontango se hará más evidente en la medida que el diferencial o la brecha de precios entre los contratos con vencimiento a junio y los de los próximos meses se amplíe o disminuya.
Según analistas de Citigroup esta brecha de precios recién podría estabilizarse en el tercer trimestre de este año, aunque eso no significa que el supercontango desaparezca en aquel momento.
Esta proyección podría cambiar en la medida que los grandes productores hagan recortes más agresivos de la producción.
Lo que deja en evidencia el supercontango es que los operadores petroleros no ven tan probable una recuperación de la demanda y no esperan que los devastadores efectos de la pandemia se vayan pronto.
¿Cómo sería volver a la normalidad?
La normalidad sería que quien tenga un contrato más cercano a expirar obtenga un mejor precio, debido a que los comercializadores de crudo aprecian más este tipo de contratos que pueden hacer efectivos en el corto plazo para afrontar la demanda de los días siguientes.
Pero si no hay demanda, es altamente probable que el supercontango continúe infectando el mercado.