La primera planta de biodiésel del país, que se construye en Santa Cruz, tiene un avance de 49 por ciento y se prevé esté lista para fin de año. Analistas del sector hidrocarburífero esperan con optimismo los resultados que esta obra pueda generar para ahorrar en importación de combustibles; sin embargo, una investigadora advierte con un probable aumento de la deforestación para la obtención de la materia prima.
El ministro de Hidrocarburos y Energías, Franklin Molina, visitó ayer la planta de biodiésel, cuya construcción inició en 2022. Indicó que se avanza a buen ritmo y se espera esté lista en diciembre, de acuerdo al cronograma.
El ahorro estimado por año es de 100 millones de dólares en importación de combustibles. Además, Molina resaltó que se generarán fuentes de empleo y movimiento económico desde la producción de macororó, soya, palma africana y jatropa.
El analista en hidrocarburos Álvaro Ríos afirmó que lo positivo del proyecto es que ahorrará divisas, fortalecerá el aparato productivo y reducirá el impacto ambiental.
“Aunque me hubiera gustado que, como ocurre con el etanol, sea el sector privado el que produzca el biodiésel y YPFB haga las mezclas y la distribución”, añadió Ríos.
Según él, el Estado no ha demostrado ser un buen administrador, con plantas que producen en porcentajes muy por debajo de su potencial. “Pero si esta planta y las otras funcionan las 24 horas del día, los siete días a la semana, y sobre todo no se pierde plata, entonces es muy positivo”, subrayó.
¿Más deforestación?
La investigadora de la Fundación Solón Ximena Montaño advirtió que las estimaciones de producción de aceite vegetal por parte del Gobierno (110 mil toneladas anuales) sólo cubrirán el 18 por ciento de la capacidad instalada de las dos plantas de biodiésel (Santa Cruz y La Paz) y la de HVO.
Ante ello, es probable que se aumente la producción de soya para cubrir el déficit, lo cual generaría a la vez mayor deforestación.
“La producción de aceite vegetal para cubrir la capacidad instalada de las plantas provocará una deforestación de 400 mil a 1,3 millones de hectáreas”, dijo Montaño. Añadió que se deben hacer estudios previos del impacto ambiental.
Experto sugiere otra ubicación
El analista en hidrocarburos José Padilla señaló que una mejor ubicación para las plantas de biodiésel hubiera sido el norte de Santa Cruz, ya que es el lugar de mayor producción y demanda agrícola. Esto, en su opinión, generaría mayor ahorro en transporte y menos costos.
Fuente: Los Tiempos