En el epicentro de la pandemia, los habitantes de Wuhan abandonan la mascarilla

En el corazón de China, su ciudad fue la primera del planeta en estar en cuarentena. Pero seis meses después, los habitantes de Wuhan disfrutan el regreso a una vida normal, a tal punto que muchos de ellos no dudan en dejar la mascarilla.

Jóvenes bailando en una fiesta tecno, puestos de comida abarrotados y embotellamientos por todas partes: el paisaje de Wuhan (centro) ya no tiene nada que ver con la atmósfera de ciudad fantasma que vivieron las costas del Yangtsé desde el 23 de enero.

Un hombre hace ejercicio en una calle de Wuhan (China) el 3 agosto de 2020

La metrópolis de 11 millones de habitantes vivió un duro encierro de 76 días, finalmente levantado a comienzos de abril. Pero con la casi desaparición de la enfermedad en la totalidad de China, el movimiento se ha adueñado de las calles.

Miles de wuhaneses hacen fila todas las mañanas frente a caravanas que venden desayunos. Una escena que contrasta con la multitud que acudía en masa a los hospitales de la ciudad durante el invierno, angustiados por el nuevo coronavirus.

Parejas bailan en la calle cerca del río Yangtsé en Wuhan (China), el 5 de agosto de 2020

Mientras que la mascarilla es obligatoria en Berlín y en París, en Wuhan el objeto símbolo de la pandemia, así como los trajes completos y los anteojos de seguridad dejan su lugar a las sombrillas y los anteojos de sol. Estos últimos días las temperaturas alcanzaron los 34 grados.

Los turistas volvieron y se fotografían sonrientes frente a la Torre de la Grulla Amarilla, uno de los monumentos emblemáticos de Wuhan, con sus artesanías rojas y naranjas.

Mercado cerrado

Pero el retorno a la normalidad no es completo y la actividad económica continúa afectada.

Personas conversan en un bar de Wuhan (China) el de 6 aogosto de 2020

“La primera mitad del año, solo reactivamos ciertos proyectos que estaban previstos antes de la epidemia”, explica a la AFP Hu Zeyu, empleado de una agencia inmobiliaria. “El volumen de negocio se vio fuertemente reducido”.

Lo mismo le ocurrió a Yang Liankang, dueño de un puesto de comida. La actividad se reactiva lentamente y las ventas cotidianas pasaron de alrededor 300 yuanes (43 dólares) el mes pasado a más de 1.000 yuanes (143 dólares) actualmente.

“Pero no van tan bien como imaginé”, señala.

Los trabajadores cargan una cesta en un mercado de pescados de Wuhan el 6 agotso de 2020

Entre las primeras personas contaminadas en Wuhan, muchas trabajaban en el mercado de productos frescos Huanan, que fue cerrado por las autoridades a comienzos de enero.

Librado al abandono detrás de altas rejas azules, no ha reabierto. Algunos vendedores reinstalaron sus puestos más lejos.

Después del desconfinamiento, Wuhan se tomó el tiempo de recordar su traumatismo.

Personas asisten a un festival de música en (China) el 4 agosto de 2020

En el Museo de la Revolución, una exposición sobre la covid-19 presenta objetos representativos de la lucha contra la pandemia. Los visitantes pueden observar trajes de cuerpo entero con dedicatorias que fueron usados por el personal sanitario durante la crisis.

Muchos wuhaneses aseguran ahora querer disfrutar del día a día.

“Ahora, disfruto de cada día como si fuera el último”, declara una habitante llamada Hu Fenglian. “No tengo ganas de preocuparme mucho”.

AFP.

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