El cierre total de al menos tres semanas se adoptó para frenar la segunda ola en el país, el cual recientemente registró uno de los índices de morbilidad más altos del mundo.
El gobierno israelí aprobó este doming un cierre total de al menos tres semanas para frenar la segunda ola del coronavirus, que golpea con fuerza el país desde mayo y que alcanzó en la última semana uno de los índices de morbilidad más altos del mundo.
“Hoy en la reunión de gobierno llegamos a una decisión sobre un plan estricto (de confinamiento) por tres semanas, con la opción de que se extienda”, dijo el primer ministro Benjamín Netanyahu.
Las autoridades impusieron la semana pasada un toque de queda a unas 40 ciudades del país, en particular en las ciudades árabes y judías ultraortodoxas, con la esperanza de frenar la propagación del virus, lo que no impidió el aumento del número de casos.
El confinamiento entrará en vigor a partir del viernes para la fiesta de Rosh Hashaná (Año Nuevo judío), continuará durante Yom Kipur y terminará en el último día de Sucot, alrededor del 9 de octubre próximo, precisaron las autoridades.
Un número relativamente bajo de casos había permitido al gobierno acelerar un desconfinamiento con la reapertura de bares, restaurantes y cafés, lugares de culto y otras actividades, siempre con uso obligatorio de mascarilla.
Pero la tasa de infección en Israel ha vuelto a subir con 153.217 casos, incluyendo 1.103 muertes, para una población de 9 millones de habitantes.
DW.