Según el ente fiscalizador, los bancos lograron Bs 17.000 millones de rédito desde la aplicación de la regulación a los créditos de vivienda y productivo. Expertos dicen que no es viable la fijación de tasas de interés.
Pese a las observaciones de expertos, la Autoridad de Supervisión del Sistema de Financiero (ASFI) asegura que las tasas reguladas generaron muchas utilidades al sector bancario. Desde 2013, cuando entró en vigencia la Ley de Servicios Financieros, en Bolivia se regula el interés de los créditos de vivienda de carácter social y productivo.
Según la ASFI, desde la implementación de las tasas reguladas los bancos lograron utilidades por Bs17.000 millones.
Las tasas reguladas, van desde el 6% al 11,5 % en el sector productivo, en función del tamaño de la unidad productiva, y entre un 5,5% y 6,5% para vivienda de interés social.
En función del valor comercial de la vivienda — según la ASFI— este crédito pasó de Bs 31.033 millones a Bs131.901 millones (equivalente a un incremento del 325%), aumentando su participación en el monto total de las colocaciones del sistema del 31,9% al 61,4% en el periodo señalado.
“Es falso que los préstamos con tasas reguladas no sean rentables para las entidades financieras, lo que es más que evidente a partir de las cifras registradas desde su implementación en 2014”, sostuvo el ente regulador.
De acuerdo a la Ley de Servicios Financieros todas las empresas que se dedican a la intermediación de recursos deben tener un 60% de la cartera crediticia colocada en los sectores de vivienda social y productivo.
Observaciones
El especialista en finanzas, Jaime Dunn señaló que, si bien las tasas reguladas ayudaron a muchas personas a acceder a créditos no son una medida recomendada.
“Las tasas de interés son el precio del dinero, especialmente cuando estás hablando de recursos líquidos como el dinero. Poner techos de tasas es establecer que el precio del dinero no refleje exactamente las condiciones del mercado”, señaló.
Detalló que las tasas son el precio del dinero y establecer un costo que no corresponde a las condiciones mercado y a largo plazo puede causar más problemas que oportunidades a la gente. “El problema de las tasas artificiales es que a mediano y largo plazo empiezan acumular mucha ineficiencia en la colocación de los créditos y puede traer problemas a las empresas y personas”, señaló.
Explicó que la regulación crea un contexto en el que las empresas inviertan accediendo a créditos bajos “que hacen posible la realización de los negocios”.
“Si vuelven las tasas de mercado, las empresas tendrán dificultades. Esto no es correcto, así como se está subsidiando la gasolina se está subsidiando el interés”, alertó.
El presidente del Colegio de Economistas de Bolivia, Jorge Akamine, sostuvo incluso que muchos de estos créditos no cumplieron sus objetivos esperados.
“Algunos proyectos de vivienda social están deshabitados. Si bien hubo un beneficio, pero no se cumplieron las expectativas”, señaló.
El economista explicó que al establecer tasas y cupos los bancos solo cumplirán sus metas “no van a seguir dando un crédito más”. Detalló que en el caso del crédito de vivienda son intereses a muy largo plazo de entre 20 y 30 años”.
Sostuvo que el préstamo de vivienda social “no es uno de los créditos favoritos de los bancos, que solo se limitan a cumplir sus metas”.
“Además, el crédito de vivienda social no tuvo el alcance esperado, porque no ha llegado a la cantidad de personas proyectadas y porque no es negocio para ellos (los bancos)”, dijo.
Respuesta del regulador
Desde la ASFI cuestionaron estas observaciones. El ente fiscalizador explicó que, desde el establecimiento de estas tasas reguladas, las utilidades de las entidades financieras sumaron Bs 17.000 millones, con un promedio anual que bordea los Bs 1.900 millones. “Estas cifras que son ampliamente superiores a lo registrado entre 2005 y 2013, años en los que no se aplicaban tasas reguladas, siendo el monto acumulado de las utilidades Bs 9.662 millones, con un promedio anual de Bs 1.074 millones”, sostuvo.
Desde la ASFI añadieron que considerando el comportamiento de las utilidades y dado que el 92% de los ingresos financieros proviene de la cartera de créditos, “es claro que los préstamos con tasas reguladas, generan rentabilidad positiva para las entidades financieras y contribuyen en mayor grado a la generación de estabilidad, por ser este tipo de créditos el que posee mayor porcentaje de participación en el crédito total”.
El ente fiscalizador indicó que todas las entidades están sujetas al cumplimiento de niveles mínimos de cartera regulada que mantienen colocaciones superiores a dichos niveles, lo que no ocurriría si éstas no generaran rentabilidad positiva.
Explicaron que la tasa activa (la que se paga por los préstamos) promedio de los créditos a sectores regulados está por debajo de los niveles máximos establecidos.
En el caso del microcrédito al sector productivo, la tasa tope regulada es del 11,5 %, pero la tasa promedio a la que se colocan estos préstamos es un 11%, cosa que no ocurriría si las entidades estuvieran soportando pérdidas.
“Queda claro que las insinuaciones negativas de analistas desinformados, solo revelan su desconocimiento sobre el tema y la realidad del sistema financiero nacional, así como del impacto positivo que han tenido los préstamos con tasas reguladas para los sectores productivos del país y los hogares que buscan una solución habitacional propia”, señaló la ASFI.
Desde Asoban indicaron que la fijación de tasas máximas, en determinados nichos de mercado, ha permitido que la población acceda a créditos con la certeza de que la tasa de interés se mantendrá fija por el resto del periodo del crédito, brindando así seguridad a los prestatarios. Estos beneficios son particularmente palpables en el caso de los créditos de vivienda de interés social.
No obstante, la entidad privada dijo que la fijación de tasas de interés máximas ha influido en que, en algunos casos, las entidades opten por colocar créditos de mayor volumen y así alcanzar y sostener las metas de cartera.
“Esta situación conllevó a un menor crecimiento en el número de prestatarios, ya que los créditos de mayor volumen se destinan a una menor cantidad de personas, situación desfavorable para la inclusión financiera”, dijo Asoban.
Otro efecto del continuo aumento de la cartera es que no se acompaña al mismo ritmo con el aumento del número de prestatarios.
Según la entidad privada, las financieras están desarrollando estrategias para encarar los retos generados por la regulación, buscando aportar en la inclusión financiera de la población.
Ya hablando de cifras, según Asoban, la cartera de vivienda de interés social a diciembre de 2022 sumó $us4.373 millones, representando el 59% del total de la cartera hipotecaria de vivienda.
A diciembre de 2022, el sector financiero benefició a más de 97.000 familias, con un crecimiento de más del 8% en el año.
En los sectores productivos, a diciembre de 2022 alcanzó a $us13.688 millones, con un crecimiento de l9,5%.
Hasta la fecha, según Asoban, la cartera en sectores regulados (productivos y vivienda de interés social) representó un 64% del total, por encima del mínimo establecido por la regulación.
Fuente: El Deber