El Banco Mundial emporó sus proyecciones de crecimiento para Bolivia en 2020, y si en junio de este año calculó un crecimiento de -5,9 por ciento (contracción), ayer ahondó el panorama de crisis hasta -7,3 por ciento.
El informe semestral del BM, dado a conocer ayer, avizora, sin embargo, mejores números para los siguientes años en Bolivia. Así, para 2021, la proyección de crecimiento es de 4 por ciento, y para 2022, de 3,8 por ciento.
A nivel de los países de la región, Argentina ocupa el primer lugar entre los países con mayor contracción económica con -12,3; le siguen Perú con -12, Brasil con -8, Ecuador -11% y Chile con -6,3 por ciento.
Las economías de la región se ven afectadas por una caída en la demanda externa, una mayor incertidumbre económica, un colapso del turismo y las consecuencias de meses de confinamiento con el fin de contener la propagación de la enfermedad.
El BM confirma que América Latina y el Caribe es la región más castigada por la pandemia, por lo que “se prevé que el Producto Interno Bruto (PIB) en la región retroceda un 7,9 por ciento en 2020”, aunque advierte un crecimiento de 4 por ciento para 2021.
Con una pandemia que se prevé continúe por un tiempo prolongado, los sistemas de salud deberían contemplar reformas tendientes a mejorar la efectividad y reducir los costos que deben asumir gobiernos e individuos, de acuerdo con ‘El costo de mantenerse sano’.
“Nuestra región soporta el peor impacto económico y en salud debido a la Covid-19 de todo el mundo, algo que exige mayor claridad respecto a cómo combatir la pandemia y recuperar el rumbo económico de cara a una rápida recuperación”, dijo Carlos Felipe Jaramillo, vicepresidente del Banco Mundial para la región de América Latina y el Caribe.
Esta crisis llega tras años de lento crecimiento económico y escaso progreso en términos de indicadores sociales, e inmediatamente después de una ola de disturbios sociales en muchos países de la región.
Además, el impacto de las medidas de confinamiento recayó desproporcionadamente en hogares con trabajos informales. Esto reafirma la necesidad de políticas que apunten a promover la formalización, aunque sin penalizar la tan necesaria creación de empleo.
Mientras tanto, la existencia de registros sociales detallados ayudaría a que las transferencias en efectivo llegasen a un número mayor de personas que viven al día.
A pesar de las perspectivas negativas, existen señales de que el impacto podría ser menos grave de lo que inicialmente se temía.
El comercio mundial de bienes regresa a niveles anteriores a la crisis y los precios de las materias primas se han mantenido relativamente bien.
Luego de una caída inicial abrupta, las remesas en general son mayores que hace un año. Y son pocos los países que no pueden acceder a los mercados financieros internacionales. Las políticas económicas deberían apuntar a aprovechar estas oportunidades..
El pasado miércoles, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), en su último informe Estudio Económico 2020, calculó para Bolivia un crecimiento de -5,2 por ciento, y para América Latina -9,1 por ciento.
El estudio prevé también que la tasa de desocupación llegue al 13,5 por ciento con un “recrudecimiento considerable de la desigualdad”.
El organismo internacional ratifica como causales la crisis sanitaria, aunque advierte que los otros factores ya venían de antes y fueron agravándose con la Covid-19, a saber, la caída de los precios del petróleo y los minerales, el bajón de las remesas y la ausencia de turismo.
Los Tiempos