Boliviana de Aviación (BOA) reportó el año pasado una pérdida de 28 millones de dólares y ahora por la paralización de los vuelos en los últimos meses producto de la cuarentena enfrenta un déficit por la caída de ingresos.
La situación de la principal empresa aérea nacional no es diferente a la de las otras aerolíneas de la región y del mundo, que han sido severamente golpeadas por los efectos de la pandemia del coronavirus.
El viceministro de Transportes, Julio Linares, en una entrevista con Página Siete explicó que entre 2015 y 2016 la empresa reportaba utilidades por encima de los siete millones de dólares, pero en 2017 las ganancias bajan a 3,5 millones de dólares y en 2018 a 598.303 dólares (ver gráfica).
Los estados financieros de la aerolínea al 31 de diciembre de 2019 reflejan que la empresa presenta “una pérdida en la gestión de 28 millones de dólares, y otros 10 millones de dólares, aproximadamente, que fueron cargados directamente a la cuenta de Resultados Acumulados, el efecto combinado es de 40 millones de dólares como una disminución del patrimonio de la empresa”. Los beneficios de la compañía ya venían disminuyendo por la desaceleración de la economía, pero ahora con la pandemia la situación es más crítica. “Esto afecta a la empresa que ha dejado de percibir 60 millones de dólares (15 a 20 millones en promedio por mes), que eran los ingresos que percibía antes de la pandemia”, puntualizó Linares.
Un 18% de pérdidas de 2019 es atribuible al paro cívico de octubre y noviembre, y el resto a la baja productividad e incremento de costos de mantenimiento y decisiones mal encaminadas, según la autoridad.
Los estados financieros de la aerolínea a 31 de diciembre de 2019 reflejan un nivel de liquidez deteriorado en el tiempo, mientras que el endeudamiento subió en los últimos cinco años.
El exgerente de Boliviana de Aviación (BOA) Ronald Casso señaló que en los últimos estados financieros se aplicaron nuevos criterios contables que afectan los resultados financieros.
De acuerdo con Linares, al no percibir ingresos estos meses la empresa ha dejado de honrar deuda y gastos operativos. Por ejemplo, la mitad de su presupuesto se va a sueldos y salarios y al alquiler de 20 aeronaves, que se deben seguir pagando.
Linares señala que para evitar una mayor crisis de la empresa, se está renegociando el pago de esas obligaciones, sin embargo, se enfrenta por otro lado con la antigüedad de las aeronaves. “De los 20 aviones, siete tienen 23 años de funcionamiento, uno 25 años y 12, 18 años de antigüedad”, añadió.
Además, considera que es una empresa que no cumplió metas, no se internacionalizó. Por ejemplo, en el pasado, el Lloyd Aéreo Boliviano (LAB) tenía 21 destinos, entre los que se destacaban Arica, Santiago de Chile, Cusco, Montevideo, Caracas, Bogotá, Panamá, Miami, Washington, La Habana, Madrid y Asunción, incluidas 68 oficinas en el mundo. En cambio BOA sólo cuenta con cuatro destinos y no ha podido proyectarse más.
Por el contrario, la empresa lo que hizo junto a las otras dos aerolíneas locales es canibalizar el pequeño mercado nacional, en el que BOA copaba el 80%, comentó la autoridad.
Linares mencionó que la aerolínea cuenta con 1.800 funcionarios, número que contrasta con los pocos destinos internacionales que logró consolidar. “Tiene una cantidad de personal equivalente a las aerolíneas que tienen destinos en todo el mundo, es lo que se ha heredado de la anterior administración”, manifestó la autoridad.
“Además, se ha ido pagando sueldos a pilotos internacionales de hasta 14.000 dólares si se considera sueldos y viáticos y únicamente para que vuelen a cuatro destinos internacionales”, observó Linares.
BOA presenta según los estados financieros costos operativos altos producto de decisiones de negocio mal encaminadas. Por ejemplo, se erogó 12 millones de dólares en la compra de dos aeronaves.
Se observa una pérdida operativa de 10 millones de dólares, un excesivo alquiler de aeronaves y motores. La empresa en los últimos años ha perdido su capital operativo y no ha generado el suficiente capital monetario para reparar los motores de las naves alquiladas, teniendo que recurrir al alquiler.
El exgerente de Boliviana de Aviación (BOA) Ronald Casso señala que en los últimos estados financieros de la empresa se aplicaron nuevos criterios contables que afectaron los registros de años anteriores e incrementan los gastos anteriores y afectan los resultados.
“Este tipo de cambios deberían estar respaldados por informes técnicos y financieros, además de nuevos procedimientos aprobados por directorio, lo que deberá ser sometido a nuevos exámenes de auditoría”, dijo.
En cuanto a la liquidez de la empresa, la misma está dada por la relación directa entre el activo corriente (efectivo, cuentas por cobrar inmediatas e inventarios) y el pasivo corriente (deuda a corto plazo). “La afirmación presentada es tendenciosa, ya que el activo corriente se ha mantenido en un nivel constante en las últimas gestiones, demostrado esto por el nivel de efectivo de cerca de siete millones de dólares”, puntualizó.
En criterio del exgerente de BOA, se están cambiando los criterios contables de operaciones financieras de las gestiones pasadas con el fin de hacer aparecer pérdidas, que de acuerdo com los estados financieros no existieron en la empresa.
Añadió que la compañía ha presentado en todas las gestiones anteriores sus estados financieros debidamente verificados por auditorías internas y externas de acuerdo con la normativa vigente.
Casso fue quien diseñó y administró desde cero la aerolínea estatal que fue creada con un capital de 15 millones de dólares y creció hasta multiplicar su patrimonio cinco veces.
Recordó que la empresa sintió el impacto del alza del precio del petróleo que encareció el combustible y, por otro lado, el mercado nacional dejó de crecer.
Página Siete.