Bolivia fue un país tradicionalmente importador de fertilizantes, aunque puso en marcha su planta de producción de amoniaco y urea en Bulo Bulo. Entre 2010 y 2020 importó por un valor anual promedio de $us 51 millones, según datos oficiales registrados por el INE y estudios sobre el tema.
El presidente Luis Arce anunció ayer en Mizque (Cochabamba) la construcción de una planta de fertilizantes a partir del mes de junio y, según dijo, estará lista en un año.
“Vamos a producir nuestro propio fertilizante, con materia prima boliviana” adelantó en el caso y reveló que el Ministerio de Desarrollo Productivo trabaja en una empresa de producción de agroquímicos que como consecuencia de la invasión de Rusia a Ucrania se han encarecido.
El tema de los fertilizantes ingresa en la agenda cuando los precios de éstos siguen subiendo a niveles récord debido a que la invasión rusa a Ucrania pone en riesgo una gran parte del suministro mundial de fertilizantes, lo que se suma a las preocupaciones sobre el alza del precio de los alimentos.
Según un estudio de mercado de fertilizantes en Bolivia de la Autoridad de Fiscalización de Empresa (AEMP) de 2019, los principales proveedores de estos insumos fueron Chile, Perú, Brasil, Colombia y Argentina.
En 2019, el continente sudamericano fue el principal proveedor de fertilizantes de Bolivia llegando a participar con el 48% en el valor de importación, seguido por los países de norte y centro América (25%) y Europa (17%), según el estudio citado.
En el periodo 2001-2019, Bolivia tuvo la tendencia de importar distintos tipos de fertilizantes categorizados dentro de los grupos arancelarios 3105 (abonos minerales o químicos, con dos o tres de los elementos fertilizantes: nitrógeno, fósforo y potasio) y 3102 (abonos minerales o químicos nitrogenados).
Bulo Bulo
Uno de los principales productos importados era la urea, pero después de la construcción de su planta en Bulo Bulo una leve caída, aunque las importaciones mantuvieron los mismos niveles.
En 2019 exportó por un valor de 81 millones de dólares, pero mantuvo las importaciones de fertilizantes y otros productos. Sólo en 2020 importó productos por un valor de 58 millones de dólares, según destaca el estudio titulado “El mercado de los fertilizantes en Bolivia” de la Oficina Económica y Comercial de la Embajada de España en La Paz.
Según Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), después de la reanudación de la producción en la planta, se logró ventas por 51,6 millones de dólares en 2021 y estimó que los ingresos por la venta de urea en los mercados interno y externo para la gestión 2022 alcanzarán los 290 millones de dólares porque preveía que en el exterior podría tener los mejores precios en los últimos 15 años, cotizando hasta en 800 dólares por tonelada.
Plan nacional de fertilización
En 2019, el gobierno de Evo Morales presentó el “plan nacional de fertilización y nutrición vegetal 2019-2025” con el objetivo de mejorar el manejo de suelos con el uso de fertilizantes y mejorar la productividad.
El documento fue elaborado por el Instituto Nacional de Innovación Agropecuaria y Forestal (INIAF), el Colegio de Ingenieros Agrónomos y Profesionales en Ciencias Agropecuarias de Bolivia (CIAB) y la Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo).
En el plan se indica que la superficie cultivada durante 2018 fue de 3.741.722, el 44% de esos cultivos eran de soya, girasol, caña de azúcar, algodón, maní y sésamos mientras el 37% está integrado por cereales como maíz, arroz, trigo, quinua y otros.
Para 2025 se estima que en Bolivia se estarían sembrando alrededor de 5 millones de hectáreas, de las cuales 4.585.420 serían sembradas con cultivos seleccionados de maíz, trigo, papa, quinua, arroz, banano, durazno, uva, manzana, cítricos, plátano, piña, sandía, sorgo, alfalfa, caña, soya, girasol, tomate, cebolla, lechuga, zanahoria, haba, arveja, frejol y pasturas.
De esa superficie alrededor de 2 millones de hectáreas serían fertilizadas, según la proyección realizada en el estudio. Además se fertilizarían 300 mil hectáreas de pasturas.
Para fertilizar los 2 millones de hectáreas de cultivos y 300 mil hectáreas de pastura se requerirán al menos 402.853 toneladas, de las cuales 165.693 toneladas serían de urea; Fosfato Di Amónico (DAP) 46.311 hectáreas, Fosfato Mono Amónico (MAP), 95.267, entre los más importantes.
Para comprar esa cantidad de fertilizantes, se requeriría una inversión de 249.303.626 dólares.
Cuando se aprobó este plan, Rusia aún no había invadido a Ucrania y el panorama no estaba complejizado como está ahora.
El 20 de abril, el presidente Luis Arce aprobó el Decreto Supremo 4702 que dispone la eliminación temporal del Gravamen Arancelario a cero por ciento (0%) hasta el 31 de diciembre de 2022, para la importación de insecticidas, fungicidas, herbicidas, inhibidores de germinación y reguladores del crecimiento de las plantas, y productores similares.
Fuente: Brújula Digital