Mientras la difundida “informalidad” del empleo obstaculiza el cumplimiento de la cuarentena, su mayor precarización –como producto de la inactividad forzada de los trabajadores– puede convertirse en un agravante severo de la situación económica, en especial del empleo, advierte un reciente análisis del Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (CEDLA), que además sugirió acciones concretas de política pública.
“Los efectos negativos de esta forma de encarar la pandemia del coronavirus sobre la economía nacional, serán también particularmente abrumadores debido a dos circunstancias: la presencia de una elevada ‘informalidad’ en la estructura económica nacional y la ralentización sostenida del crecimiento económico en el último quinquenio, como producto de la caída del valor de las exportaciones, que ha desembocado en la presencia simultánea de déficit comercial y déficit fiscal”, señala el análisis del CEDLA.
Señaló también que la reducida magnitud del ‘bono familia’ no permite solventar ni siquiera una canasta básica alimentaria para una familia tipo, y el retraso en su pago contrasta con la intención gubernamental de vaciar las calles.
El Centro de Estudios llamó a atender con prioridad las necesidades de la población trabajadora antes que la ganancia de las empresas privadas y los capitales financieros, rompiendo la rigidez de las recetas neoliberales acerca del déficit público y el endeudamiento.
Alertó que “un sesgo inopinadamente represivo” conspira en contra la eficacia de las acciones estatales y genera contraproducentes reacciones populares, por lo que no se justifica la asunción de posturas autoritarias.
La superación de esta crisis, debería ser, al contrario, “un escenario para reactivar y potenciar la iniciativa y la participación de la sociedad civil, en un marco de respeto y garantía del más amplio ejercicio de los derechos humanos, sociales y políticos de todo el pueblo boliviano”, añade el pronunciamiento del CEDLA ante los efectos “abrumadores” de las crisis sanitaria y sus consecuencias económicas.
Advierte que el tiempo que dure la emergencia será un período de “escasa generación –sino de ausencia total– de ingresos para más del 70% de la población urbana y otra parte importante de los productores campesinos.
Acciones concretas
Entre las acciones concretas que sugiere el Centro de Estudios está gestionar el diferimiento del pago del servicio de deuda pública externa con organismos financieros internacionales y países acreedores.
También recomendó evaluar la condonación de impuestos a los sectores económicos más débiles, en dirección hacia una reforma tributaria más progresista.
Otra alternativa que propuso es evaluar la necesidad de utilizar una parte de las Reservas Internacionales Netas para financiar la inversión en infraestructura de salud.
Otro aspecto que debería considerarse, según el CEDLA, es la compra y estocamiento de minerales por parte del Estado para permitir la estabilidad del empleo y la subsistencia de las empresas estatales, las cooperativas y las pequeñas empresas productoras.
Planteó asimismo que debería evaluarse alternativas para asesorar adecuar y/o reconvertir pequeñas industrias (proveedoras de insumos médicos, de bioseguridad, de alimentos y de otros bienes básicos) por el tiempo que dure la emergencia, con el objeto de garantizar el empleo.
Señaló que existe además necesidad de establecer el seguro de cesantía para los asalariados que, en el corto plazo, podría financiarse con los recursos acumulados en el Fondo de Colectivo de Riesgos del sistema de seguridad social.
Para generar programas de empleo de emergencia, el Centro de Estudios planteó usar aquellos recursos descontados a los gobiernos subnacionales con el fin de otorgar un incentivo a las empresas petroleras trasnacionales.
Contra el Coronavirus
Con todo, el CEDLA subrayó que el destino inmediato del gasto público debería priorizarse hacia algunas acciones de mayor impacto, especialmente al reforzamiento de la capacidad operativa del sistema sanitario.
Para evitar mayores efectos de la cuarentena social sobre la economía, se debiera incrementar la identificación de casos de contagio (mediante análisis masivos en grupos de riesgo, método aplicado exitosamente en Corea del Sur) y el consecuente aislamiento de personas contagiadas, lo que permitiría reducir la propagación del contagio y facilitaría el tratamiento de la ciudadanía contagiada, recomendó.
En ese entendido, señaló que con una cantidad extraordinaria de recursos económicos, el gobierno puede financiar el establecimiento de más laboratorios para los análisis y la compra de ‘kits’ de análisis; siendo recomendable una política más activa de relacionamiento con países que pueden donar equipos de pruebas o venderlos.
EL CEDLA señala que ayudaría a este propósito el procesamiento más riguroso de información (sobre lugares de contagio y de recorrido de los contagiados) con herramientas informáticas, y la elaboración de mapas que se difundirían públicamente para promover la identificación voluntaria de casos potencialmente sospechosos.