A noviembre de la gestión pasada el monto importado de automotores fue de $us 675 millones, mientras que en 2020 se cerró con $us 621 millones. En el periodo de 2019 se llegó a los $us 965 millones.
El alza de los costos para alquilar contenedores, la crisis aérea en la logística de proveedores, los problemas para la provisión de insumos, la falta chips electrónicos, el encarecimiento de la materia prima y los inconvenientes de salud en el ámbito laboral, son los factores, que presionan los costos, por lo que mantener el precio de los vehículos nuevos durante esta gestión va a ser complicado, con el riesgo de un repunte de los motorizados usados, según la Cámara Automotor Boliviana (CAB).
Luis Encinas, gerente general de la CAB, explicó que los problemas anteriormente detallados complicaron la programación de las importaciones para el abastecimiento del stock necesario, afectando principalmente el equilibrio de precios para mantener gastos de reposición por gastos no presupuestados.
Encinas remarcó que los precios para vehículos nuevos, muy difícilmente se van a mantener sin afectar las estructuras económicas de las importadoras.
“Los precios -que serán afectados por las dificultades referidas- van a tener como consecuencia la sobrevaloración de los vehículos usados”, sostuvo Encinas a tiempo de precisar que las importadoras van a diseñar procedimientos de recepción de vehículos usados como parte de pago, a los cuales se brindará trabajos de reacondicionamiento y certificaciones para la reventa. Todo esto con el objetivo de mantener o en algunos casos incrementar las ventas de vehículos 0 km.
Comportamiento sectorial
En 2020, el sector automotriz legalmente establecido registró una caída en sus ventas del 43%, en relación a 2019, debido a la pandemia. En 2021, la contracción en la comercialización de los motorizados nuevos fue de un 33%, con una recuperación del 10% con respecto a 2020.
Sin embargo, desde la institución proyectan un 2022 complicado para las importadoras que para seguir en el mercado se van a ver obligadas a reducir sus estructuras con el cierre de sucursales lo que afectará las fuentes de trabajo que actualmente generan.
Marcelo Olguín, gerente general de la Cámara Nacional de Exportadores de Bolivia (Caneb), remarcó que las complicaciones en la logística para el comercio internacional son un problema sistémico que afecta en diferentes grados a todos los sectores que trabajan tanto con el mercado interno como con el internacional.
Olguín sostuvo en principio, que desde la institución se preveía una mejora de las condiciones de importación a principios de 2022, pero el rebrote y las nuevas variantes del Covid-19, hacen que las trabas se extiendan hasta el segundo semestre de la presente gestión.
“La figura será igual. Con altos costos para la importación. Con escasez de insumos y materias primas para la producción nacional. Estos desequilibrios sin dudas que van a afectar los precios y en muchos casos a los importadores ya se les está complicando absorber estos aumentos. Entonces, muchas veces no tienen otra opción que trasladarlos al consumidor final”, dijo Olguín.
Las importadoras
Miguel Ángel Vidal, gerente Comercial Nacional de Hansa Ltda, señaló que, debido al alza del costo del flete marítimo, la crisis de contenedores y la ruptura de la cadena logística en la operación durante 2021 tuvieron ciertos inconvenientes en los tiempos de llegada de sus unidades al país.
Vidal detalló que se vieron afectados por la provisión de partes y piezas a escala mundial afectando directamente la cantidad de unidades destinadas para el mercado boliviano
Sobre las ventas del año pasado, Vidal explicó que de forma general los resultados se han visto afectados por lo expuesto anteriormente, pero como marca están trabajando para satisfacer las necesidades del mercado nacional.
En cuanto a 2022, desde la importadora consideran que tendrán un primer semestre desafiante debido a que, a la crisis de microprocesadores y al aumento de costos en el acero y otros insumos, van a poner a prueba las estrategias comerciales de la empresa para garantizar la llegada de vehículos (Volswagen) y así responder a la demanda de sus clientes.
En criterio de Pablo Klocker, gerente general de Imcruz, el mercado automotriz boliviano creció satisfactoriamente con respecto al año 2020. El cese de restricciones por cuarentena, la apertura de nuevos locales, desarrollo de nuevos servicios, entre otros destaques del trabajo de las importadoras de vehículos en el país y de empresas como Imcruz, han permitido obtener cifras alentadoras con relación a un difícil año como fue en el que inició la pandemia.
“En lo que respecta a los segmentos que más crecieron, los indicadores demuestran que fueron vehículos SUVs y Pick Ups los que obtuvieron un mayor crecimiento en comparación a otras categorías”, sostuvo el ejecutivo.
Para esta gestión, Klocker considera que seguirán enfocados en ser resilientes e innovadores con el servicio que ofrecen, ya que este 2022 creen que será muy similar a la anterior gestión. “Estamos preparándonos para seguir sorprendiendo a nuestros clientes con nuevas ofertas de servicios, ya que los conflictos logísticos y de abastecimiento internacionales persistirán en gran parte del 2022, seguiremos trabajando en mantenernos creativos y flexibles para continuar operando”, dijo.
A su vez, Jaime Vaca Pereira, gerente general de Honda Autobol, se mostró optimista e indicó que a pesar de las trabas que afectan al comercio internacional, considera que las ventas para esta gestión van a crecer en un 25%, ya que el mercado interno sigue demandando productos de consumo y Autobol tiene la capacidad para responder a dicha demanda que busca variedad y calidad.
En cuanto a los precios, Vaca Pereira sostuvo que ante el encarecimiento de las importaciones, en 2021 la empresa en algunos casos pudo absorber los aumentos y reducir sus márgenes de ganancia, pero en otros fue muy difícil por lo que tuvieron que ajustar el precio de algunos modelos de vehículos y que el consumidor final cubra el aumento.
El ejecutivo sostuvo que se espera que hasta junio de 2022 mejoren las condiciones de importación, pero de no hacerlo la empresa ya cuenta con el suficiente sctock de repuestos para vehículos y motos con el objetivo de hacer frente a cualquier imprevisto que se genere entre los proveedores.
Compras al exterior
El valor de la importación de los vehículos 0 km, a noviembre de 2021, llegó a los $us 675 millones, lo que indica leves signos de mejora en comparación con 2020 cuando las compras al exterior cerraron en $us 621 millones. Sin embargo, aún se está lejos del monto de 2019 cuando las adquisiciones sumaron $us 965 millones.
Los números del Instituto Nacional de Estadística (INE), muestran que a pasar de una leve mejoría en la gestión, se sigue lejos de los valores de importación de 2016, 2017 y 2018, cuando el sector automotriz boliviano compró motorizados nuevos por $us 1.139 millones, $us 1.108 millones y $us 885 millones respectivamente.
Germán Molina, analista económico, sostuvo que las importaciones automotrices son un reflejo de la realidad económica y financiera que atraviesa el comercio internacional, en donde los costos en la logística se han encarecido de forma exponencial, lo que sumado a una baja en el poder de compra de ciertos segmentos han provocado un menor movimiento en el negocio de los vehículos nuevos.
Por Juan Carlos Salinas Cortez
Fuente: El Deber