El Tesoro General de la Nación (TGN) ejecutó hasta septiembre pasado el 68 por ciento del presupuesto que tenía previsto para el año, mientras que la mayoría de las gobernaciones superó el 50 por ciento, de acuerdo a datos del Ministerio de Economía. Los analistas consideran que difícilmente se llegará a un 100 por ciento debido a la burocracia y la falta de recursos financieros.
El TGN tenía, a septiembre de este año, un crédito vigente de 115,7 mil millones de bolivianos, de los cuales ya se devengó el 68 por ciento.
En cuanto a las gobernaciones, sólo Beni ejecutó un 49 por ciento; el resto supera la mitad de su presupuesto (ver infografía).
Entre los ministerios, el de Economía es el que mayor avance registró, con 91 por ciento, seguido de Obras Públicas (66 por ciento), Defensa (62 por ciento), Gobierno (60 por ciento), Trabajo (60), Relaciones Exteriores (58), Culturas (57), Justicia (56), Deportes (55), Educación (54), Desarrollo Rural (50), Hidrocarburos (38), Medioambiente (38), Minería (37), Presidencia (23), Desarrollo Productivo (22), y Planificación (18).
El economista Fernando Romero indicó que difícilmente se ejecutará el 100 por ciento este año y recordó que desde 2014 se vio una tendencia de reducción en la ejecución. Asimismo, según él, “se ha visto una tendencia a sacrificar la inversión pública por el gasto corriente” ante la falta de recursos.
Los Gobiernos subnacionales que reclaman la aprobación del presupuesto reformulado están preocupados por el pago de salarios y aguinaldos para fin de año, pero no así para la inversión pública, añadió Romero.
El economista recordó que el presupuesto reformulado de 2023 demuestra la amplia dependencia de las regiones por las transferencias del nivel central.
Por su parte, el consultor financiero Jaime Dunn enfatizó que una baja ejecución afectará el crecimiento económico. El Gobierno había proyectado un crecimiento del PIB de 4,8 por ciento, pero, con los datos actuales, se prevé que apenas se supere el 2 por ciento.
Añadió que quizás una baja ejecución presupuestaria sea en realidad una “buena noticia. Uno quiere que se ejecute dinero cuando se harán inversiones de calidad y en beneficio de la población, pero no es lo que generalmente ocurre en Bolivia, por lo que mientras menos se gasta podría ser mejor”.
El Tesoro General de la Nación (TGN) ejecutó hasta septiembre pasado el 68 por ciento del presupuesto que tenía previsto para el año, mientras que la mayoría de las gobernaciones superó el 50 por ciento, de acuerdo a datos del Ministerio de Economía. Los analistas consideran que difícilmente se llegará a un 100 por ciento debido a la burocracia y la falta de recursos financieros.
El TGN tenía, a septiembre de este año, un crédito vigente de 115,7 mil millones de bolivianos, de los cuales ya se devengó el 68 por ciento.
En cuanto a las gobernaciones, sólo Beni ejecutó un 49 por ciento; el resto supera la mitad de su presupuesto (ver infografía).
Entre los ministerios, el de Economía es el que mayor avance registró, con 91 por ciento, seguido de Obras Públicas (66 por ciento), Defensa (62 por ciento), Gobierno (60 por ciento), Trabajo (60), Relaciones Exteriores (58), Culturas (57), Justicia (56), Deportes (55), Educación (54), Desarrollo Rural (50), Hidrocarburos (38), Medioambiente (38), Minería (37), Presidencia (23), Desarrollo Productivo (22), y Planificación (18).
El economista Fernando Romero indicó que difícilmente se ejecutará el 100 por ciento este año y recordó que desde 2014 se vio una tendencia de reducción en la ejecución. Asimismo, según él, “se ha visto una tendencia a sacrificar la inversión pública por el gasto corriente” ante la falta de recursos.
Los Gobiernos subnacionales que reclaman la aprobación del presupuesto reformulado están preocupados por el pago de salarios y aguinaldos para fin de año, pero no así para la inversión pública, añadió Romero.
El economista recordó que el presupuesto reformulado de 2023 demuestra la amplia dependencia de las regiones por las transferencias del nivel central.
Por su parte, el consultor financiero Jaime Dunn enfatizó que una baja ejecución afectará el crecimiento económico. El Gobierno había proyectado un crecimiento del PIB de 4,8 por ciento, pero, con los datos actuales, se prevé que apenas se supere el 2 por ciento.
Añadió que quizás una baja ejecución presupuestaria sea en realidad una “buena noticia. Uno quiere que se ejecute dinero cuando se harán inversiones de calidad y en beneficio de la población, pero no es lo que generalmente ocurre en Bolivia, por lo que mientras menos se gasta podría ser mejor”.
Fuente: Los Tiempos