A octubre de 2021, las cifras oficiales reportaban 236 mil desocupados, es decir, 43.000 más que en 2019. La subocupación subió a 8,40%, dice la CEPB.
La Confederación de Empresarios Privados de Bolivia (CEPB) advierte que la principal amenaza que se cierne en 2022 es que los niveles de desempleo ysubocupación sigan en alza. A esto se debe sumar como un riesgo el clima de conflicto y polarización.
El presidente de la CEPB, Luis Barbery, en respuesta a un cuestionario enviado por Página Siete, menciona los factores que amenazan a la recuperación de la economía este 2022.
“El desempleo es sin duda la mayor amenaza. Para octubre de 2021, las cifras oficiales reportan 236 mil desocupados; es decir, 43.000 más que en 2019. Esto se vuelve más crítico si consideramos la subocupación”, precisó.
Al inicio de 2020, la subocupación alcanzaba a 4,44%; en octubre de 2021 llegaba a 8,40%.
Según datos de la CEPB, a diciembre de 2020, la tasa de subocupación alcanzaba al 13% y creció muy por encima del desempleo. “Lo que pasa con el transporte público, las ventas ambulantes y otros sectores informales refleja lo que está sucediendo. Hay menos demanda, el transporte público trabaja menos horas, hay más gente que satura esos espacios y los ingresos se contraen para todos”, dijo.
El problema, apuntó, tiene dos dimensiones, emprendimientos más vulnerables y trabajadores también más expuestos.
Los empresarios también creen que otro riesgo es que el conflicto y la confrontación política continúe como prioridad, antes que la búsqueda de soluciones a la crisis económica. “Es urgente que el clima de enfrentamiento y polarización disminuya y nos concentremos en la solución de los verdaderos problemas de la gente, que tienen que ver con empleo, ingresos, salud y educación”, dijo Barbery.
Otro gran problema se refiere a la inversión. En 2020, la inversión total cayó de valores superiores al 20% del PIB a cerca del 15%. “Aunque el presupuesto 2022 anticipa una lenta recuperación de la inversión pública, estará limitada por el financiamiento. En cuanto a la inversión privada, ésta se encuentra estancada y es poco probable que se incremente debido a múltiples factores como la incertidumbre, la inseguridad jurídica y la falta de incentivos a las inversiones”, adelantó el titular de la CEPB.
Adicionalmente, dijo que a los bolivianos les preocupa el incremento de la pobreza.
“En 2019, la pobreza extrema llegó a 12,1%; en 2020 este indicador cerró en 14,7%. Estas cifras son prácticamente el doble de lo registrado en el promedio de América Latina y, por la grave situación del empleo, es poco probable pensar que los niveles de pobreza han sido revertidos a los valores previos a la pandemia”, lamentó.
Añadió que a esto se suman otros problemas preexistentes que se han agravado en los últimos meses, como el aumento del contrabando, la inseguridad jurídica, el alza de la conflictividad; la caída de las reservas internacionales netas (RIN) y un sistema de justicia cada vez más cuestionado.
Prioridades
La CEPB considera que se debe hacer mayores esfuerzos para que la vacunación completa alcance al 100% de la población en los primeros meses de 2022.
“La recuperación del empleo y su calidad debe ser una prioridad. Para lograrlo es necesario impulsar los programas existentes, pero en un esquema de coordinación con el sector privado, que es el principal generador de puestos de trabajo”, manifestó el presidente de la CEPB.
Por otra parte, apuntó Barbery, es importante contar con un plan sostenible de consolidación de la política fiscal y trabajar en la búsqueda de mecanismos de financiamiento que incluyan fuentes externas para fortalecer la liquidez en moneda extranjera y no resten recursos al sistema financiero.
La lucha eficiente y coordinada contra el contrabando, complementada con una política agresiva de fomento a la producción, protección y consumo de productos nacionales, debieran estar entre los objetivos importantes, en criterio de la CEPB.
“Creemos que es urgente la dinamización de la inversión privada. Es necesario afianzar la seguridad jurídica y evitar seguir enviando señales que la ahuyenten. Hace falta, construir espacios de confianza mutua entre el sector público y privado, basados en la complementariedad y colaboración mutua”, recalcó Barbery.
Perspectivas
LA CEPB considera que para este 2022, el crecimiento de 5,1% estimado por el Gobierno es difícil de alcanzar, porque ya no habrá efecto estadístico de rebote que permitió expandir la economía en este año.
“Las cifras dependerán de muchos factores fundamentales, como el control de la pandemia; el comportamiento de los precios internacionales de los productos de exportación, especialmente minerales, soya y otros; la reactivación del aparato productivo, la eliminación de las barreras a las exportaciones, la inversión, entre otros”, puntualizó el titular de la CEPB.
Barbery alertó que 2022 no va a ser un año fácil porque los efectos de la parálisis de la economía mundial golpean a países de la región, seguirán los problemas de logística y el alza de costos de producción e importación.
En ese sentido la proyección de crecimiento de 5,1% dependerá del control de la pandemia y precios externos, entre otros.
Por Marco Belmonte
Fuente: Página Siete