En un año, la deuda pública agregada subió de Bs 44.277 MM a 71.039 MM

El ministro de Economía, Marcelo Montenegro, indicó que en el gobierno de transición hubo un acelerado endeudamiento y cuestionó el destino de ese dinero.

Entre 2019 y 2020 la deuda pública agregada interna del TGN subió de 44.277 millones de bolivianos, registrados a 71.039 millones de bolivianos,  es decir un 60,4%, según datos del Ministerio de Economía, que cuestionó que el crédito otorgado por el Banco Central de Bolivia (BCB) se haya incrementado en un 109%.

“La deuda interna con respecto al PIB aumentó de  15,7%  a un 27%, de 42.277 millones de bolivianos hemos pasado a 71.039 millones de bolivianos, un incremento de 60,4% en la gestión de 11 meses de gobierno de (Jeanine) Áñez”, expuso el ministro de Economía, Marcelo Montenegro, ante el pleno de la Cámara de Senadores, donde fue convocado para responder a una  petición  de informe oral.

Afirmó que esos resultados se obtuvieron por la “mala gestión” que provocó un  decrecimiento de la economía boliviana de -11,11% y una caída de más de 2.000 millones de dólares en la inversión pública.

“Hubo un frenazo en la actividad económica, la implementación de un confinamiento por la Covid-19 sin planificación, que ocasionó mayor desempleo, entre otros”, agregó.

Explicó que el deterioro de la deuda interna se dio porque el BCB aumentó los prestamos al  sector público financiero de 20.045 millones de bolivianos a 41.824 millones de bolivianos (109%). Las obligaciones con el  sector privado subieron de 24.231 millones a 29.214 millones. “Esto muestra que hubo un acelerado endeudamiento y  que hubo un deterioro de la cartera de la deuda interna por el gobierno de transición. Y ¿dónde están esos recursos, en qué se utilizaron?”, cuestionó Montenegro.

El economista Jaime Dunn explicó que la deuda pública agregada del país es el financiamiento que recibe el Estado por préstamos o por emisiones de bonos. Por ejemplo, se financia con los bonos que colocan las AFP y el BCB.

En ese contexto recordó que hasta 2018, el 70% de la deuda interna era con  las AFP en promedio, pero eso cambio desde mediados de 2019, ahora el  principal acreedor  es el BCB.

“En  2020 se aprobaron diferentes normas que establecen interés y prioridad nacional todos los temas relacionados con la lucha contra el virus. En julio de  2020  se emitió un decreto  que declara la calamidad pública, bajo esa norma se hace referencia a la Ley del BCB y se establece que excepcionalmente se podrá otorgar recursos a favor del TGN para  atender todas las necesidades  de la pandemia”, precisó.

Resaltó que al subir  la deuda interna se ha reducido la oferta de crédito al sector privado, eso hace que sea más lenta la recuperación de la economía del país.

Para el investigador de la Fundación Jubileo, René Martínez, el sector público, acumuló  compromisos y obligaciones de gastos durante el periodo de la bonanza económica, pero cuando llegó la desaceleración de la economía  la deuda pública comenzó a subir.

“Si no controlamos esta situación, se hará insostenible, ya no podemos seguir aplicando el modelo de gastar y gastar. Se tiene que hacer un abordaje estructural del tema”, observó.

Punto de vista

Rolando Morales  Economista
“La composición representa riesgos”

Sorprende el alto monto de la deuda interna del Tesoro General de la Nación, que bordea los 10.000 millones de dólares, de los que fueron contraídos unos 3.000 millones en 2020.

La deuda interna ha servido para financiar el alto déficit fiscal de los últimos años, provocado por la caída de ingresos del TGN y el valor de las exportaciones. En  2020, el Gobierno tuvo que enfrentar además los gastos de la pandemia.

 Los mayores acreedores del TGN son el BCB (55%) y las AFP (42%). La composición de la deuda interna  de este modo representa serios riesgos para el futuro de la economía. Para impedir que  siga creciendo se requiere disminuir el déficit fiscal.

En  2021 hay mejores perspectivas de ingresos que en el 2020, pero será necesario restringir el gasto. Para disminuir el nivel de peligrosidad de esta deuda  se requiere refinanciarla a través de la emisión de bonos interna y externamente. 

Fuente: Página Siete

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