Los cañeros y el Gobierno vuelven a la mesa de negociaciones para definir el precio, el volumen y la duración del contrato de entrega de etanol a YPFB.
El dirigente de la Unión de Cañeros Guabirá, Carlos Rojas, señaló que su sector está preocupado por las señales negativas emitidas por algunas autoridades estatales, que le restan el impulso inicial del proyecto de los biocombustibles
Rojas indicó que esta transición hacia los biocombustibles fue un proceso significativo, ya que permitió eliminar la incertidumbre respecto a los acuerdos y la demanda por parte del Estado y el etanol. A pesar de algunos obstáculos iniciales, el programa se ha ido consolidando con una logística más definida y mejorada.
Rojas destaca la importancia de dejar de lado actitudes negativas y trabajar en conjunto, ya que el sector cañero es esencial para el país en términos de soberanía alimentaria y energética, así como para generar divisas a través de las exportaciones de azúcar y biocombustibles.
La inversión para el proyecto provino principalmente del sector privado y no del Estado. “Se han implementado prácticas para mejorar la producción en el campo, como el uso de fertilizantes y la aplicación de microorganismos en lugar de agrotóxicos, lo que tiene un impacto positivo en el suelo y el medio ambiente. Además, se ha dejado de quemar el rastrojo de caña de azúcar para preservar el suelo y el entorno”, indicó.
PRECIO JUSTO
En cuanto a las negociaciones, se destaca la importancia de establecer un precio justo para el etanol, considerando los incrementos en los insumos. Se espera que las próximas reuniones sean más productivas y que se logren acuerdos beneficiosos para el sector cañero y la industria en general. Carlos Rojas hace hincapié en la importancia de no obstaculizar estas negociaciones y buscar soluciones que beneficien a todos los involucrados.
La era de los biocombustibles, según datos del IBCE, se lanzó el 8 de marzo de 2018, marcando un hito en la búsqueda de la independencia energética y la seguridad alimentaria del país.
La promulgación de la Ley 1098 el 15 de septiembre de ese mismo año sentó las bases normativas para producir, comercializar y mezclar aditivos de origen vegetal, como bioetanol y biodiésel, con el objetivo de reducir la importación de gasolina y diésel.
Fuente: El Mundo