Los recursos corresponden a los periodos de entre 2013 y 2021. En 2022 al primer semestre se usaron $us 448,4 millones. Especialistas sugieren renegociar el pago del servicio ante la escasez de divisas en el país.
¿Qué se hicieron los dólares? Es una de las principales preguntas que hacen los agentes económicos en el país y no es para menos. Bolivia pasó de tener una gran cantidad de Reservas Internacionales Netas (RIN) a tener apuros en la provisión de dólares para el mercado interno. Una parte del stock de divisas se usó, según el propio Gobierno, para financiar el subsidio de los combustibles, y otra para pagar el servicio de la deuda externa.
Entre 2013 hasta 2021, el país —según datos del Banco Central de Bolivia (BCB)— el Estado usó $us 5.228 millones de las RIN para el pago del servicio de la deuda externa. A esto hay que sumar, otros $us 448,4 millones que el Estado desembolsó a los organismos internacionales y países con los que tiene deuda.
Según el ente emisor, hasta el 31 de octubre de 2022, el saldo de la deuda externa pública de mediano y largo plazo alcanzó a $us13.112 millones, equivalentes al 29,9% del Producto Interno Bruto (PIB), menor con relación al observado al cierre de la gestión 2020 (33% del PIB) y 2021 (31,2% del PIB).
Incremento del pago
De acuerdo a los informes sobre la Administración de las Reservas Internacionales del BCB, revisados por EL DEBER, en 2013 el país destinó $us 278 millones por concepto del pago del servicio de la deuda externa.
Al año siguiente, 2014, cuando las RIN llegaron a su pico más alto ($us 15.122 millones), se usaron $us 362,3 millones para pagar este compromiso. Este dato es importante para dimensionar la caída del stock de divisas en el país.
A partir de ese año las reservas fueron mermando, porque una parte de los dólares almacenados por el Estado se usaron para pagar el servicio de la deuda con organismos internacionales.
En 2015, se usaron otros $us 434,5 millones. Y la cifra siguió incrementándose. Para 2016, el BCB pagó $us 470,4 millones. Hasta 2018, el pago se elevó a los $us 680,3 millones.
En el Gobierno de transición la tendencia fue la misma. En 2020 durante parte de la gestión de Jeanine Áñez y en el comienzo de la administración del actual presidente, Luis Arce Catacora se desembolsaron $us 815,5 millones.
Ya en el primer año de Arce en el poder — el que fue denominado el año de la reconstrucción económica— el país usó $us 829,1 millones. De acuerdo al BCB, hasta el primer semestre de 2022, se pagaron otros $us 448,4 millones.
Para esta nota se solicitó al Banco Central información sobre los últimos pagos realizados de la deuda y cuánto de los recursos de las RIN se usarían para asumir estos compromisos. Desde la entidad indicaron que esta información se encontraba en su sitio web. EL DEBER revisó el portal de la entidad estatal, pero no halló reportes actualizados por los egresos de las RIN.
El más reciente fue del primer semestre de 2022, en donde se reporta que se usaron $us 448,4 de las RIN para pagar ese servicio.
La deuda externa es el conjunto de obligaciones que tiene un país con acreedores, estos pueden ser países o instituciones como los organismos internacionales entre los que figuran la CAF, el FMI, o el BID.
Deuda controlada
Para esta nota también se envió un cuestionario al Ministerio de Economía y Finanzas, donde se consultó a la cartera de Estado su versión sobre esta situación y se consultó sobre el destino de los recursos entregados por los organismos internacionales.
No obstante, hasta el cierre de edición este ministerio no atendió las consultas de EL DEBER.
Pero anteriormente —y específicamente el de 8 enero de este año— el ministro de Economía, Marcelo Montenegro, aseguró que realiza “un manejo adecuado” de la deuda externa que llega hasta un 29% del PIB.
Incluso la autoridad, que fue entrevistada por el medio estatal: Bolivia TV, recordó que, en 1987, el país registraba el 99,1% de la deuda con respecto al tamaño de la economía, pero ese porcentaje bajó en 2006 al 28,2%; sin embargo, volvió a subir al 33% en 2020, durante la administración del gobierno de Jeanine Áñez.
“(La deuda pública externa) ha reducido en el gobierno del presidente Luis Arce al 29,9%, ¿eso qué significa?, que hay un manejo adecuado del endeudamiento externo”, dijo el ministro.
Aclaró que de acuerdo con los reportes mensuales de deuda pública externa del BCB en 2021, alrededor del 70% de la deuda es con organismos multilaterales como Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Banco de Desarrollo de América latina (CAF), principalmente.
Además, sostuvo que todos los recursos son usados para la inversión pública hecha por el Estado. “¿Por qué es importante mencionarlo?, porque estos organismos no realizan préstamos si estos no se destinan a la inversión, situación que se cumple en Bolivia”, remarcó la autoridad.
Enfatizó que los préstamos son evaluados por los diferentes organismos previamente a ser desembolsados; es decir, que se realiza un estudio del desempeño macroeconómico del país solicitante.
Sugieren renegociar
El exdirector del BCB, José Gabriel Espinoza, sostuvo que el incremento de la deuda externa obedece a una política de endeudamiento que se aceleró durante el Gobierno del expresidente, Evo Morales.
Recordó que durante la gestión del exmandatario, que se extendió por 13 años, esta política fue ejecutada por el actual presidente Arce, en 2016, cuando era ministro de Economía, y uno de los hombres de confianza de Morales.
“Es ahí cuando se comienza a compensar la caída de los ingresos de los hidrocarburos con endeudamiento interno, mucho de ese endeudamiento se ha ido acumulando”, dijo.
En esa línea, detalló que el Presupuesto General del Estado (PGE) asignó $us 940 millones para pagar el servicio de deuda externa.
Bajo este contexto, Espinoza, sostuvo que estos recursos salen de las RIN, que a su vez se alimentan de las exportaciones de gas. En esa línea, detalló que estos pagos deben cumplirse en los cronogramas establecidos, caso contrario traerían problemas para el Estado.
Afirmó que el cronograma de pagos de este compromiso estatal no se ha publicado, y que existe un “desfase información muy fuerte”. “El BCB no está publicando las cifras semanales. Hay un rezago en todos los ítems y uno de ellos es el servicio general sobre el servicio de la deuda”, dijo.
Luego sostuvo que “si la disponibilidad de divisas está en una situación preocupante, lo ideal es que el Gobierno busque moratoria o reprogramaciones de deudas. Con las divisas que se tenían hasta febrero se presume que (para el Gobierno) será muy difícil pagar la deuda del 2023, pero no tenemos la información. No han salido las autoridades a explicar nada”.
En esa línea, el economista Germán Molina, coincidió que ante los niveles bajo de reservas que se han usado para pagar la deuda externa es necesario, que el Gobierno comience a renegociar los pagos, en especial con los organismos multilaterales.
Lamentó la política de endeudamiento del Gobierno, que, según él, es similar a la de los años 70, periodo en el que Bolivia contrajo compromisos que no pudo sostener y que llevaron a la hiperinflación de los 80, que después tuvieron que ser corregidas por el Gobierno de Víctor Paz Estensoro.
Molina recordó que los siguientes gobiernos lograron reducir la deuda, incluso llegando a que se condone una buena parte de ella.
Asimismo, el exdirector de la Fundación Milenio, Napoleón Pacheco, sostuvo que ante este escenario es necesario que el Ejecutivo se reúna con los organismos internacionales y renegocie nuevos plazos. Recordó que el año pasado el Gobierno tuvo que renegociar el pago de la deuda por la emisión de bonos soberanos hecha en 2013 y 2017, que alcanzaban los $us 2.000 millones.
“Esta fue la primera señal de alarma y ahora vemos esta situación”, señaló.
Fuente: El Deber