El representante de la Agencia de Cooperación Internacional del Japón (JICA) evaluó los proyectos que apoya su nación en el país. Mostró su preocupación por la demora en la aprobación de créditos para Bolivia.
El representante de la Agencia de Cooperación Internacional del Japón (JICA) Keisuke ITO habló sobre los proyectos que viene desarrollando la entidad en Bolivia, en sectores como la salud, infraestructura, agricultura y Energía. Le preocupa la demora en la aprobación de los créditos a favor del país.
¿En qué áreas está apoyando actualmente el JICA?
Estamos trabajando en varias áreas. Por ejemplo, una colaboración muy fuerte del JICA es la salud. El 30 de marzo, llegamos a un acuerdo con el gobierno de Bolivia, para un nuevo préstamo, para atender la situación de covid y en general para reforzar el sistema de salud.
El monto aproximado es de $us 110 millones, con una condición muy favorable, en realidad especial para Bolivia, porque la tasa de interés es 0.01%. Normalmente, este tipo de cooperación es 0,01%. En realidad, no es nada el interés.
Y llegamos a un acuerdo entre JICA y el ministro de Planificación. El Gobierno puede decidir en qué va a gastar, utilizar este monto, pero compartimos algunos indicadores que cumplir. Pero todavía está en la asamblea, está esperando la aprobación.
Aparte de la salud ¿a qué otros sectores están llegando?
En el sector agropecuario JICA tiene mucho interés en apoyar a los pequeños agricultores rurales. Tenemos una metodología mundialmente conocida, se llama SHEP, es una metodología para facilitar para que este sector realice una agricultura orientada al mercado.
En Bolivia como en otros países, lo pequeños agricultores, lastimosamente, producen o cultivan para subsistir. Pero no tienen mentalidad para vender.
Por ejemplo, cultivan verduras y después de cosechar piensan vender. Entonces, viene un intermediario a comprar muy barato. Nuestra idea es que los productores planifiquen antes de cultivar para tener mejores precios.
Estamos trabajando en los Valles de Santa Cruz, Comarapa, Samaipata, donde estamos introduciendo nuevas tecnologías.
¿Qué más están haciendo en el plano económico?
En septiembre, llegan nueve empresas japonesas a buscar posibilidad de nuevo negocio con Bolivia. Estamos coordinando con Caico y también con Cadex, como rueda de negocio. Hay empresas japonesas que tienen tecnología en un tema específico, pero si quieren aprovechar esa tecnología y hacer un nuevo negocio que contribuya al desarrollo de Bolivia, necesitaría socios de empresas bolivianas.
Son del área de agricultura y alimento, en el área del medio ambiente, en el área de construcción, bueno, en distintas áreas. Entonces, nuestra idea es que el día 28 de septiembre, primero mostrar características de cada empresa, qué tecnología tiene cada empresa.
¿Cómo ven el conflicto por la vía Okinawa-Parque industrial en donde ustedes incluso apoyaron con una donación?
Hay un plan de construcción de carretera desde hace tiempo.
En 2018, hay un convenio entre el gobierno de Bolivia y Japón. Donde JICA, asumió esa responsabilidad de construir un tramo de Okinawa I hasta Okinawa II.
Tengo entendido que la Gobernación de Santa Cruz desde hace un año está tratando de canalizar una operación de financiamiento a través de CAF. Están haciendo este trámite con el gobierno central, pero todavía ni empezaron obras, ni el gobierno tampoco ha solicitado financiamiento a la CAF.
El primer tramo es una donación de $us 38 millones del pueblo japonés. Pero no hay nada impacto en nuestra operación.
Entonces esperamos que la parte boliviana también cumpla este compromiso. Eso en realidad es lo que queremos.
¿En energía tienen un proyecto que está en espera?
Hemos desarrollado bastante tecnología acerca de geotérmica en Japón. En base a esta experiencia estamos trabajando no solo a Bolivia, sino en otros países como. Costa Rica donde hay potencial de generar electricidad.
En Bolivia hace bastante tiempo hemos llegado a un acuerdo de préstamo de $us 580 millones.
Es el préstamo más grande de JICA hacia Bolivia y a Sudamérica, para desarrollar una planta geotérmica para generar electricidad.
Pero está frenado desde hace dos años prácticamente. Estamos esperando la respuesta de Bolivia, porque está frenado porque está terminando el plazo de cooperación, que será en enero de 2024.
Si quiere, Bolivia puede avanzar. Pero está frenado, según la explicación de ENDE, es que durante estos 10 años también se ha desarrollado muchas plantas.
Es el primer préstamo desde la condonación que hicimos en 2006 pero no hay avances.
Nuestra vicepresidenta del JICA viene a Bolivia para escuchar directamente de las autoridades del gobierno de Bolivia, por qué no está avanzando en base al compromiso que se anunció en 2019 la carretera de Okinawa y también de la planta geotérmica. En caso de planta geotérmica, lo que queremos confirmar es que si van seguir o no.
Fuente: El Deber
