Santa Cruz genera el 80% del volumen y el 75% del valor de las exportaciones de productos no tradicionales de Bolivia

Foto: TPA

Santa Cruz se confirma como la “locomotora económica del país”. Al primer semestre de este año, el departamento produjo el 52% del volumen de las ventas externas de Bolivia y el 32% del valor, según un análisis del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), que destaca que en el segmento de productos no tradicionales el 80% del volumen y el 75% del valor tiene también origen cruceño.​

Datos del instituto Nacional de Estadística procesados por el IBCE dan cuenta que los productores cruceños aportan el 32% del valor de las exportaciones nacionales, con $us 2.219 millones. Le siguen Potosí, con $us 1.536 millones (22%), y La Paz, con $us 1.330 millones (19%).

En el ámbito de las exportaciones no tradicionales (agropecuarias, agroindustriales, forestales, manufactureras y artesanales), Santa Cruz contribuye con 1.525 millones de dólares (75% del valor) y 2,2 millones de toneladas (80% del volumen). Y si de exportaciones agropecuarias se trata, el departamento concentra el 87% del valor ($us 1.382 millones) y 94% del volumen (2 millones de toneladas).

“Sin duda, auspiciosos los resultados del comercio exterior al primer semestre, con las exportaciones e importaciones como protagonistas de la recuperación económica, en un escenario internacional plagado de desafíos, pero de oportunidades, también, que podrían ser mejor aprovechadas con un trabajo sinérgico público-privado”, afirmó el gerente general del IBCE, Gary Rodríguez.

El sector empresarial privado boliviano, una vez más, ha hecho su parte, transformando la crisis económica en oportunidad, contra viento y marea, apostando por mayor producción”, consideró Sisi Hassenteufel, vicepresidente de la Asociación de Mujeres Especialistas en Comercio Exterior (Amecomex).

Estos resultados, indicó, se alcanzaron pese a que los productores no pueden utilizar biotecnología, a que permanecen las restricciones a la libre exportación (cupos) y a otras medidas no arancelarias “que inciden no solo en el proceso operativo de exportación, sino también en la oportuna provisión de insumos o materias primas”.

“Las empresas agroexportadoras pueden aprovechar para crear vínculos comerciales de largo plazo con los mercados conquistados esta gestión. Al mismo tiempo, la desestabilización de los fletes marítimos desde el 2020 puso la mirada de las empresas en la búsqueda de proveedores en países vecinos, por lo que es una gran oportunidad para que el comercio intrarregional CAN-Mercosur siga creciendo“, evaluó Hassenteufel.

“El crecimiento del valor de las exportaciones responde, primero, a factores externos; y segundo, al esfuerzo productivo, principalmente en el sector privado. Esta dinámica podría profundizarse con apoyo del Gobierno, eliminando las restricciones que afectan principalmente al sector productivo agroexportador”, dijo Rodríguez.

Esto es crucial, según la ejecutiva de Amecomex, ya que las exportaciones de Bolivia seguirán apoyándose en los próximos meses y en 2023 en la agroindustria.

Fuente: El Deber

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