En 12 años, las cooperativas mineras elevaron su producción de oro en 883 por ciento, de 5,4 toneladas en 2010 a 53,1 para en 2022, de acuerdo a información oficial analizada por el Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (Cedla). En este tiempo, y desde antes, no pagaron impuestos y el aporte por regalías fue mínimo, equivalente a menos del 2,5 por ciento del valor de la producción.
“Cabe anotar que, en la explotación del oro en los últimos años, el sector privado tiene una participación mínima de 0,3 por ciento de la producción nacional, y el sector estatal, apenas el 0,1 por ciento”, señala el reporte elaborado por el investigador Alfredo Zaconeta.
En contrapartida, el rol de los cooperativistas se intensificó. Así, si en los 2000 producían apenas el 18 por ciento de la producción nacional, para 2010 ya generaban un 86 por ciento. Desde 2013, este sector no sólo elevó la producción total de oro, sino que se mantuvo por encima del 95 por ciento de participación, ocupando casi todos los espacios y empujando esta actividad extractiva hacia nuevos territorios: la Amazonía boliviana.
“Actualmente, la minería aurífera se ha trasladado a la Amazonía boliviana de la mano de los cooperativistas, quienes desplazaron al capital privado y provocaron una franca expansión de la frontera minera del país”, añade el Cedla, y recuerda al mismo tiempo que el rol de las empresas privadas en el pasado tampoco estuvo exento de malas prácticas y destrucción ambiental.
El presidente de la Federación de Cooperativas Mineras Auríferas del Norte de La Paz (Fecoman), Ramiro Balmaceda, dijo que miles de personas que se dedicaban a la producción de coca en el norte paceño prefirieron convertirse en mineros auríferos por la caída de los precios de “la hoja sagrada”.
“Pero esto es a nivel nacional. A falta de empleo y oportunidades, mucha gente migra al negocio del oro”, acotó el dirigente.
Reconoció que el sector goza de ciertos privilegios y dijo que hasta un 70 por ciento de sus afiliados operan sin un contrato minero debido a la lentitud y dificultad de conseguir uno.
Para el director ejecutivo del Cedla, Wálter Artega, la información y datos “muestra que el acceso a las fuentes de riqueza —en este caso, el oro— es monopolizado por un sujeto social que, debido a su poder político y económico, va perfilando las transformaciones sociales e incorporando de manera subordinada a las poblaciones que habitan la Amazonía”.
Pagaron regalías por 2% del valor
El año pasado se alcanzó una producción de 53,3 toneladas de oro en el país, la más alta de toda la historia y equivalente a 3.073 millones de dólares. Sin embargo, las regalías sólo llegaron a un 2 por ciento: 63,2 millones de dólares.
Debido al marco normativo vigente, las cooperativas auríferas no pagan el Impuesto a las Transacciones (3 por ciento), el Impuesto al Valor Agregado (13 por ciento) ni el Impuesto a las Utilidades de las Empresas (hasta un 37,5 por ciento). Incluso las regalías son más bajas que para otros actores (2,5 por ciento).
Fuente: Los Tiempos