Deterioro continuo en la carga de la deuda del soberano o un movimiento adverso inesperado en los mercados de tipos de cambio podrían aumentar los pagos de intereses del soberano como parte de su ingreso, empeorando así la rigidez fiscal y provocando una rebaja.
La calificadora de riesgo Standard & Poor’s mantiene en negativa (B+/B) la perspectiva de Bolivia en su último informe del 15 de febrero de 2022. S&P Global Ratings afirmó su calificación de largo plazo en moneda local y extranjera de ‘B+’ calificaciones crediticias soberanas y calificaciones de corto plazo en moneda local y extranjera de ‘B’ del Estado de Bolivia. Así, la perspectiva sigue siendo negativa. La evaluación de transferencia y convertibilidad permanece sin cambios en ‘B+’.
Las razones que plantea la compañía en cuanto a las calificaciones de Bolivia tienen que ver con debilidades estructurales, como su bajo PIB per cápita (que se proyecta a $us 3.550 en 2022), y el aumento de las vulnerabilidades de los persistentes y considerables déficit que han llevado a un rápido aumento de la deuda pública y al deterioro de la situación del país.
En cuanto al perfil externo, las calificaciones también reflejan instituciones políticas débiles con controles limitados y equilibrios económicos y la limitada flexibilidad de la política monetaria derivada de las rigideces cambiarias.
“Bolivia ha utilizado la política fiscal, especialmente a través de la inversión pública, para sostener el crecimiento del PIB y mejorar las condiciones de vida, como demuestran los mejores indicadores sociales durante la última década. Sin embargo, los perfiles fiscal y externo del país han empeorado en los últimos años y se han vuelto vulnerabilidades de calificación”, indica el informe.
La deuda pública neta de Bolivia como porcentaje del PIB probablemente superará el 60% para 2023, del 30% en 2019, advierte S&P. Su estrecha deuda externa neta se ha deteriorado constantemente, reflejando el aumento del endeudamiento externo del sector público y disminución de las reservas de divisas.
Las calificaciones también reflejan un historial de baja inflación, un bajo nivel de dolarización en el sector financiero y un perfil de servicio de la deuda manejable en los próximos dos años.
La firma estima que el crecimiento del PIB se desacelerará al 3,6% este año antes de estabilizarse en 3% en 2023-2025. El factor clave seguirá siendo el gasto público, mientras que la inversión privada y la inversión extranjera directa inversión (IED) probablemente seguirán siendo bajas. Esperamos que la IED promedie menos del 1% del PIB en los próximos años.
Fuente: El Deber