Dirigentes de la COR de la provincia Germán Busch acusan a la empresa china Sinosteel, encargada de la ejecución del proyecto, de intentar imponer escalas salariales ‘precarias’ que no cubre las expectativas sectoriales relativas a una canasta familiar digna.
Cumplido el tercer día de movilización y paro indefinido, los trabajadores que forman parte de la construcción de la planta siderúrgica Mutún, en la provincia Germán Busch de Santa Cruz, resolvieron radicalizar su medida de protesta, desde este jueves, con un bloqueo de la carretera Bioceánica, en Puerto Busch, debido a que la empresa china Sinosteel, encargada de la ejecución del proyecto, no atendió ni expresó ‘voluntad’ para atender la demanda referida a la mejora de la escala salarial.
En contacto telefónico, el secretario ejecutivo de la Central Obrera Regional (COR) provincia Germán Busch, Gilbert Córdova, explicó la medida extrema de presión al no haber sido atendido el pliego petitorio sectorial de los trabajadores. Hizo notar que los ejecutivos de la empresa Sinosteel pretenden fijar escalas salariales que no guardan una relación con la propuesta de los trabajadores acorde a los precios actualizados de los insumos básicos de la canasta familiar.
“Quieren pagar un salario mínimo nacional (Bs 2.164) a técnicos e imagínese que a un profesional con formación académica y experiencia laboral pretenden fijar una categorización cuyo tope máximo alcanza los Bs 6.000. Están intentando vulnerar los derechos laborales de los trabajadores e imponer un salario precario que no cubre las expectativas sectoriales”, afirmó Córdova.
Días atrás, el presidente de la Empresa Siderúrgica Mutún (ESM), Jorge Alvarado, lamentó que se tenga que llegar a esta situación, pues la medida atrasa los avances de obras. Sin embargo, precisó que en todo lo que se refiere al derecho laboral la ESM ayudó para que se cumpla.
El ejecutivo considera que en el tema de la escala salarial es una negociación entre los trabajadores y el contratista. Espera se llegue a un acuerdo y se puedan continuar con las obras.
Por Fernando Rojas Moreno
Fuente: El Deber