El encarecimiento de las importaciones, la emisión monetaria para pagar la deuda interna y los conflictos políticos y sociales son considerados factores que pueden presionar los precios hacia arriba. Para 2022 el Gobierno proyecta una inflación del 3,4%.
El incremento constante y generalizado de los precios que afecta a países de la región, Norteamérica, Europa y a Rusia es mirado de reojo en Bolivia, dado que el Índice de Precios al Consumidor (IPC), el termómetro que mide la inflación es bajo, ya que hasta noviembre el IPC es del 0,96%.
Mientras que, para el cierre de gestión, el Gobierno proyectó una inflación del 2,6%.
¿A qué se debe el bajo porcentaje inflacionario en el país? Para el economista Marco Flores que Bolivia tenga un índice inflacionario tan bajo en relación con los países vecinos se debe a un tipo de cambio fijo que permite tomar las previsiones de los agentes económicos y eso genera certidumbre al mercado financiero y a la economía en general.
Flores sostuvo que contar con un tipo de cambio controlado evita la especulación y el incremento artificial de los precios.
Para el analista, otro de los factores que evita que los costos se disparen son las últimas medidas del Gobierno que permiten la importación de bienes de capital con cero arancel de importación y sin el cobro del Impuesto al Valor Agregado (IVA). Eso a su criterio reduce los costos de producción y evita un mayor precio al consumidor final.
El analista financiero Jaime Dunn coincide con Flores al remarcar que es el tipo de cambio fijo el que permite importar bienes e insumos más baratos, aunque hace notar que el contrabando -producto de la devaluación de las monedas nacionales principalmente de Argentina y Brasil inunda el mercado con productos a precios más baratos frente a una débil recuperación económica.
Dunn sostuvo que, a noviembre, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), la inflación fue de apenas un 0,19%, con una inflación negativa del -0,23% en alimentos y bebidas no alcohólicas. Sectores productivos en donde la oferta de producto, vía contrabando, es importante.
El analista Germán Molina, explica que desde 2011 se encuentra vigente en el país un régimen de tipo de cambio fijo de Bs 6,96 = $us 1 que funciona como un ancla nominal de los precios en los mercados de bienes y servicios.
Así, los precios de bienes importados de países que devalúan su moneda, benefician nuestra economía, a lo que se debe sumar la esterilización de la emisión monetaria del Banco Central de Bolivia (BCB) mediante las operaciones de mercado abierto como el Bono Navideño del BCB con una tasa de interés del 6,5%.
En criterio del docente y economista Gonzalo Chávez en el caso boliviano, la inflación todavía es muy baja. En los últimos cinco años, el nivel de precios en Bolivia fue en promedio del 2,3%. Para 2021, se espera cerrar con un valor de cerca al 1%. Para el año próximo, según la proyección del Gobierno, la inflación estaría en 3,4%.
Al igual que Molina, Chávez señala que los precios en la economía están fuertemente anclados al tipo de cambio fijo. Esto a su criterio ordena la estructura de precios relativos y genera certidumbre en la economía.
Chávez puntualiza que este factor correlacionado con lo anterior, permitió que en los últimos años haya una apreciación del tipo de cambio real que ha permitido un incremento significativo de las importaciones.
“De esta manera, Bolivia compra del exterior bienes y productos baratos, lo que ayuda a mantener la inflación baja, aunque el costo de esto sea la erosión de dólares”, precisa Chávez.
En tanto que el economista José Luis Evia resalta que un tipo de cambio fijo en los precios de los bienes transables tiene un techo, que es el precio de los bienes importados y en la medida en que los socios comerciales deprecian sus monedas por encima o al mismo ritmo que la inflación que sufren, sus bienes tienen un valor constante o menor en bolivianos.
A su juicio esto modera la inflación nacional. También pone un techo al precio de los bienes que sustituyen importaciones. Por otro lado, dado que la demanda agregada no se ha reactivado completamente, los precios de los bienes no transables tienden más bien a caer (el mejor ejemplo son los bienes inmuebles), observa Evia.
Desde el Colegio de Economistas de Santa Cruz, destacan que las presiones inflacionarias externas y la contribución de la política cambiaria ayudaron a mantener la estabilidad de precios, pues la inflación hubiera sido mayor de no haberse apreciado el boliviano.
Su aporte al control de la inflación se efectivizó a través de su efecto sobre los precios de los bienes y servicios importados transables. Ya que, bajo un régimen de tipo de cambio menos rígido, su efecto sobre la estabilidad de precios hubiera sido mayor, explican desde la institución cruceña.
El efecto subvención
Jorge Núñez, analista económico, considera que la otra pata en al que se apoya la baja inflación boliviana es la subvención de los combustibles, que desde su perspectiva es el principal responsable de equilibrar los costos de producción y comercialización, especialmente de los alimentos destinados el mercado interno.
Que el precio del diésel, gasolina y gas natural para la industria y el consumo en general sea menor al que se paga en Argentina, Brasil o Chile para Núñez tiene un impacto directo en la disminución de la inflación. Chávez entiende que el subsidio a los hidrocarburos permite una estructura de costos barata en muchos sectores de la economía boliviana. Sin embargo, resalta que esto es interpretado simplemente como inflación reprimida que podría saltar en cualquier momento.
Flores considera que no es un dato menor el tema de la subvención de los combustibles, pues recordó que en 2011 cuando el MAS intentó incrementar los precios de los combustibles hasta en un 83% y a su vez aumentar en 20% el salario mínimo nacional, los precios se dispararon.
“El transporte subió un 100% el precio de los pasajes. Se produjo una especulación en el costo de los alimentos. Por lo que el expresidente Morales tuvo que dar marcha atrás y dejar sin efecto el decreto 748”, recordó Flores.
¿Importar inflación?
Dunn hace notar que aunque por ahora la inflación está contenida, el alza de precios de los productos importados de manera significativa puede causar que se ‘importe inflación’. En el ámbito internacional los ‘lockdowns’ (encierros) y el empeoramiento de las cadenas de distribución pueden tener un efecto de alza de precios, más aún si el valor de los combustibles sigue subiendo.
“Internamente la conflictividad social y política, los bloqueos de caminos y los desastres naturales, pueden también presionar el alza de precios”, precisó el analista, a tiempo de agregar que la emisión monetaria para el pago de la deuda interna puede ser un factor a tomar en cuenta en un posible incremento de la inflación.
Juan Pablo Suárez, presidente del Colegio de Economistas de Santa Cruz, señala que los principales factores que pueden influir de manera positiva y significativa sobre los precios son la emisión monetaria, así también, su componente rezagado de la inflación doméstica. La apertura comercial, la brecha del producto, la inflación importada y el ajuste cambiario pueden desequilibrar el tema inflacionario.
Evia señala que para preservar la baja inflación, la demanda agregada no puede subir fuertemente, por lo que la reactivación económica será más lenta.
Fuente: El Deber