El histórico desplome del petróleo americano el lunes hasta terreno negativo (-38 dólares) ha dejado paso este martes a una remontada superior al 100% que ha vuelto a situar su precio en terreno positivo, por encima de los 6 dólares. Los inversores asisten atónitos a los bandazos de estos días, derivados de la caída de la demanda y de la falta de capacidad para almacenar los excedentes de producción en las empresas estadounidenses.
Las bolsas han respondido con caídas generalizadas, tanto en Europa como en EEUU, sin embargo, los analistas consideran que se trata de una situación coyuntural por el coronavirus y relacionada con la propia operativa del mercado del crudo. “Los futuros sobre el petróleo son contratos que desembocan en la entrega física de la materia prima de una determinada calidad en un punto concreto”, apunta James Trafford, analista y gestor de fondos de Fidelity.
Conforme se acerca la fecha de entrega, los inversores tienen que renovar el contrato hasta el siguiente plazo de vencimiento -que en este caso es junio- o bien aceptar la entrega física. “El problema es que casi se ha agotado el espacio de almacenamiento y nadie cambia su contrato de junio, así que los de mayo no tienen alternativa y se ven obligados a aceptar la entrega física”, explican desde el departamento de Análisis de Bankinter. Como esos inversores no tienen espacio para guardarlo, pagan para deshacerse del crudo y por eso cotiza en negativo.
“No es grave, pero como generalmente no se entiende bien por qué sucede, el mercado se asusta y se vuelve defensivo por si acaso. En realidad, más allá del daño a corto plazo sobre las petroleras, resulta más bien positivo: por un lado, la recuperación económica post-virus vendrá apoyada por una energía (y no sólo por el petróleo) muy barata, y por otro lado, se frustra la estrategia rusa para controlar el precio del petróleo. Nada de eso es malo, pero a corto plazo desestabiliza un poco las bolsas”, añaden en la entidad.
El dato negativo en el mercado del crudo ha caído del lado del Brent, que se toma de referencia en Europa, y cuyo precio ha retrocedido un 25%, hasta los 19,2 dólares, al cierre de los mercados en el Viejo Continente.
Pese a ello, el Brent y el WTI no se enfrentan a los mismos problemas, entre otras cosas, por la forma en que se transportan uno y otro. El americano viaja a través de oleoductos, “lo que hace más difícil desplazarlo hacia lugares donde la demanda es más alta”, mientras que el Brent es transportado en buques petroleros, como señala Adam Vettese, analista de eToro. En otras palabras, el almacenamiento no es un problema acuciante en estos momentos para el Brent y eso le permite capear mejor la reducción de la demanda mundial por la parálisis vírica.
Con todo, los bajos precios son también una amenaza para la referencia europea y los analistas apuestan cada vez más por nuevos recortes en la producción por parte de la OPEP y sus aliados. La solución en EEUU debería venir también por el lado de la reducción, aunque el escenario allí es completamente diferente.
“Si no vemos cierres instantáneos de producción en Canadá y EEUU, el futuro del WTI de junio puede ver un recorrido similar a lo que ocurrió el lunes, llevando a pérdidas masivas para los inversores minoristas en los contratos de futuro y en los ETF pasivos”, apunta Michel Salden, gestor de Vontobel AM.
Hacer previsiones, en cualquier caso, resulta complejo. “Depende de varios factores. El más importante es la extensión final del coronavirus: hasta que no se reactive la actividad económica, los desequilibrios entre oferta y demanda persistirán. Y cuándo más dure la paralización, más adversos serán los efectos”, explica Victoria Torre, responsable de Análisis y Selección de Fondos de Singular Bank.
No obstante, desde el punto de vista del inversor, “el desplome de la caída de algunas compañías del sector podrían suponer una tentación para apostar, ya que cotizan en niveles muy atractivos y las empresas han ajustado sus costes para que el punto de break even sea más bajo”, añade Torre. “Algunos expertos apuntan a que los precios actuales descuentan el peor de los escenarios y se encuentran algunos argumentos -fundamentalmente de valoración y rentabilidad por dividendo- para tomar algunas posiciones”. En cualquier caso, Torre recuerda que cualquier decisión debe tomarse con cautela.
CAÍDAS EN BOLSA
Los mercados de renta variable no han permanecido ajenos a las turbulencias y las Bolsas han encajado el shock petrolero con retrocesos generalizados. En EEUU, los principales índices de Wall Street atraviesan la sesión en rojo, con el Nasdaq retrocediendo un 3,5%; el Dow Jones, un 2,4% y el S&P 500, un 2,9%.
En Europa, el Ibex 35 se ha dejado un 2,9% y ha perdido los 6.700 puntos con Amadeus (-6,97%), BBVA (-6,73%), Repsol (-5,90%) y Arcelor (-5,8%) liderando las pérdidas.
Las caídas han sido más pronunciadas en el Cac 40 de París (-3,77%), el Dax de Fráncfort (-4%) y el Ftse Mib de Milán (-3,6%).
La tensión también se dejado sentir en la deuda soberana. En un momento en el que los países afrontan la reapertura de su actividad, los inversores empiezan a medir el impacto en las diferentes economías y esperan las alternativas que podrían salir del Consejo Europeo que se celebra el próximo jueves. La prima de riesgo española ha repuntado este martes hasta 146 puntos básicos, con el interés del bono a 10 años en el 0,99%, frente al -0,47% del bund alemán que se toma como referencia.
YPFB estima pérdidas por $us 700 millones
El presidente de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), Herland Soliz, aseguró el martes que los efectos de la caída del precio del petróleo se sentirán recién en el último trimestre de este año y que se analizará “con pinzas” la situación para evitar un importante efecto en la economía nacional.
En las últimas horas, el precio internacional del petróleo WTI, que sirve de referencia para las exportaciones de gas boliviano, registró su nivel más bajo a nivel histórico, al llegar a cotizar por debajo de cero.
“Es algo histórico lo que estamos viendo, es una catástrofe, el precio internacional del petróleo nunca tuvo ese comportamiento (…) nosotros lo estamos viendo con pinzas, estamos analizando cómo salir de esta crisis económica”, indicó.
De acuerdo al titular de YPFB, la histórica caída del precio del petróleo afectará al país este año en alrededor de $us 700 millones, debido a repercusión en las exportaciones de gas natural, pero también permitirá ahorrar alrededor de $us 550 millones en la importación de combustibles.
No obstante, Soliz aclaró que los efectos de la caída del petróleo no repercutirán en el mercado interno ni en el precio de los combustibles subvencionados por el Estado, y que el litro de la gasolina seguirá costando 3,74 bolivianos, y la garrafa de Gas Licuado de Petróleo 22,50 bolivianos.
Sostuvo que, de acuerdo a proyecciones, se espera que el precio del barril de petróleo se mantenga en alrededor de $us 20 durante tres meses y luego suba hasta unos $us 40.