El fabricante francés de automóviles Renault registró pérdidas por 141 millones de euros en 2019, ha informado este viernes. En su primer año tras la salida del presidente Carlos Ghosn, fugitivo de la justicia japonesa huido a Líbano, la compañía entra en números rojos por primera vez desde 2009.
La productividad de la casa gala bajó en un 3,3%, lo que se ha traducido en una caída de la rentabilidad en un contexto mundial de declive del mercado automovilístico. Las previsiones para 2020 apuntan a nueva bajada de rentabilidad parecida a la registrada el año pasado, apunta el fabricante en un comunicado, por la “volatilidad de los mercados (…) y los posibles impactos del coronavirus”.
La relación entre Renault y su aliado japonés Nissan atraviesa un momento difícil. La casa japonesa habría acelerado un plan secreto de contingencia para estudiar el impacto de una posible ruptura. La contribución de la compañía japonesa bajó a 242 millones de euros frente a los 1.510 millones de 2018.
El italiano Luca de Meo, que hasta comienzos de año estaba al frente de Seat, asumirá el cargo de patrón de Renault el próximo mes de julio para dar un nuevo impulso a la alianza con Mitsubishi y Nissan tras la salida de Ghosn. El expresidente de la compañía, detenido por fraude fiscal en Japón en noviembre de 2018 en relación con su responsabilidad en Nissan, presentó una demanda contra Renault para reclamar el pago de la jubilación del constructor automovilístico francés.
Es la primera vez en una década que Renault registra números rojos. Durante la crisis económica de 2009, perdió alrededor de 3.100 millones de euros.
