Es el primer país de Europa en anunciar una medida de este tipo y habrá multas en euros equivalentes hasta 4.100 dólares por año para quienes no se inmunicen.
Austria se convertirá a principios de febrero en el primer país de Europa en hacer obligatoria la vacunación contra el coronavirus, bajo pena de elevadas multas, dijo el domingo el canciller austriaco.
“Como estaba previsto, vamos a hacer que la vacunación sea obligatoria a principios de febrero” para los adultos, indicó en rueda de prensa el conservador Karl Nehammer, al frente del país con los ecologistas.
Durante toda la semana, la cuestión ha sido objeto de encendidos debates en el Parlamento pero también entre la población.
El tema divide profundamente al país, donde cerca de 71,5% de las personas cuentan con la pauta completa de vacunación, una cifra baja en comparación a otros países occidentales.
“Es un proyecto sensible” pero “conforme a la Constitución”, insistió Nehammer. Está prevista una “fase de adaptación” para los más reticentes al pinchazo “hasta mediados de marzo”, agregó.
“Después, se efectuarán controles” y no estar vacunado constituirá un “delito” con “sanciones” financieras de entre 600 y 3.600 euros (685 y 4.100 dólares), en caso de persistir.
El sábado, unas 27.000 personas se manifestaron en la capital austriaca contra la medida, alegando que va contra las libertades individuales.
FOTO DE ARCHIVO: Gente frente a un punto de vacunación contra el COVID-19, mientras el Gobierno de Austria impone un confinamiento a las personas que no están totalmente vacunadas, en Viena, Austria 14 de noviembre de 2021. REUTERS/Leonhard Foeger
El gobierno austriaco dispone de una amplia mayoría en el Parlamento: además de los conservadores y los ecologistas, los líderes de los partidos socialdemócrata y liberal apoyan el texto. Solo la extrema derecha se opone.
La situación en los otros países europeos
Si bien Austria será el primer país en imponer la vacunación obligatoria para los mayores de 18 años, varios países europeos ya han optado por implantar alguna forma de vacunación obligatoria para las actividades sociales y de ocio como vía para luchar contra la variante ómicron, que ha disparado los contagios y tensionado algunos sectores económicos por el incremento de bajas laborales.
En Francia, el Gobierno ha preferido evitar la obligación de vacunarse, pero impone en su lugar un certificado de vacunación que será necesario para muchas actividades de la vida social desde finales de esta semana, una vez que entre en vigor una nueva ley adoptada definitivamente por el Parlamento ayer domingo.
Con esa ley, habrá que demostrar tener la pauta completa de vacunación (lo que incluye la dosis de refuerzo siete meses después de las dos primeras inyecciones) para ir a un bar, un restaurante, al cine, a un espectáculo o a un estadio, pero también para utilizar los transportes públicos de largo recorrido (autobuses, trenes, aviones o barcos).
El presidente francés Emmanuel Macron dijo que “tenía muchas ganas de molestar a los no vacunados” (Ludovic Marin/REUTERS/archivo)
Italia, uno de los países europeos con las medidas más estrictas en materia de vacunación, introdujo la obligación para los mayores de 50 años desde el pasado 7 de enero, una medida que se consensuó con dificultades entre las distintas fuerzas políticas que apoyan al Gobierno de Mario Draghi.
Además, desde el 10 de enero se pide la pauta completa o haber superado la enfermedad para acceder prácticamente a todas las actividades, desde el ocio hasta los medios de transporte, incluidos metro y autobuses, mientras que en el terreno laboral los menores de 50 años aún no tienen que estar vacunados para ir a trabajar, excepto categorías como fuerzas del orden, personal escolar y sanitarios.
Alemania aprobó en diciembre un proyecto de ley del gobierno de Olaf Scholz que impone la vacuna obligatoria en sectores laborales sensibles, como geriátricos o sanitarios. Planteaba plazos largos hasta hacerse efectiva la medida, hasta marzo, en atención al periodo preciso para tener la pauta completa.
El nuevo canciller alemán Olaf Scholz insiste en la necesidad de implantar la vacuna obligatoria de modo general. (REUTERS/Hannibal Hanschke)
En paralelo, Scholz insiste en la necesidad de implantar la vacuna obligatoria de modo general. Sin embargo, desde su gobierno se no ha presentado aún el correspondiente proyecto de ley. El propósito del canciller es que la regulación se apruebe con el máximo respaldo parlamentario, independientemente de la disciplina partidaria.
En Grecia, alrededor de 300.000 griegos mayores de 60 años se verán obligados a pagar una multa de 50 euros por no vacunarse ni cerrar una cita para hacerlo, ya que este lunes venció el plazo que el Gobierno del conservador Kyriakos Mitsotakis había dado en noviembre a este grupo de edad para que se inocule contra el coronavirus.
La multa será solo de 50 euros para enero, ya que la medida entró en vigor a mediados del mes, pero a partir de febrero los mayores de 60 años que sigan sin ponerse la inyección pagarán una multa de 100 euros por cada mes que sigan sin hacerlo.
República Checa decretó la vacunación obligatoria de ciertos empleados públicos, como sanitarios, soldados, asistentes sociales y policías, así como los mayores de 60 años, que deberían recibir el suero antes del 28 de febrero.
Esta medida, decretada en diciembre por el anterior gobierno de populistas y socialdemócratas, será revisada en febrero, cuando se espera la aprobación de un plan de vacunación no obligatorio “semejante al de la gripe”, avanzó el nuevo titular de Sanidad, Vlastimil Válek.
En Eslovenia el Tribunal Constitucional suspendió a finales de septiembre una normativa que exigía estar vacunado o haber pasado el coronavirus si se deseaba trabajar de forma presencial en oficinas públicas.
Esa normativa adoptada por el Gobierno del primer ministro de derechas, Janez Jansa, debía entrar en vigor el 1 de octubre y fue recurrida por el Sindicato de Policías de Eslovenia, al considerar que se trataba de una vacunación obligatoria encubierta.
(Con información de AFP y EFE)
Fuente: Infobae