Al menos 43 personas murieron este lunes en un motín entre presos de máxima seguridad en una cárcel de Ecuador, en otro episodio que renueva el debate sobre la violencia y la falta de control por parte del Estado en el sistema penitenciario del país sudamericano.
Según confirmó la Fiscalía en Twitter, las muertes ocurrieron en el Centro de Rehabilitación Social de Santo Domingo de los Tsáchilas, que se encuentra a unos 70 kilómetros de la capital, Quito.
Además, heridos con el rostro golpeado fueron trasladados en camionetas y ambulancias para recibir atención médica, y familiares de los presos se aglomeraban en las inmediaciones del centro penitenciario, constató la agencia de noticias AFP.
El Ministerio del Interior informó que el motín comenzó en horas de la madrugada y la policía no logró recuperar el control del pabellón de máxima seguridad de la cárcel hasta casi el mediodía.
Datos publicados en Twitter por la policía indican que más de 200 efectivos fueron enviados al penal y se esperaban otros 150 para reforzarlos.
El ministro del Interior, Patricio Carrillo, dijo en una conferencia de prensa que las autoridades habían logrado evitar la fuga de al menos 112 reos, quienes fueron “recapturadas inmediatamente” en los cercos externos de la prisión y que se busca a otros 108 fugados.
El general Fausto Salinas, quien fue nombrado comandante general de la policía, dijo a la estación de televisión Teleamazonas que un preso, líder de una banda mafiosa que fue trasladado desde otra prisión, fue el causante de la revuelta.
Tras una requisa en los pabellones, la Policía informó que había decomisado cuatro armas de fuego, cuatro granadas de uso militar y municiones, aunque el Ministerio del Interior informó que la mayoría de los fallecidos sufrió heridas de armas blancas.
Reacciones
El presidente ecuatoriano, Guillermo Lasso, expresó en Twitter su consternación por el hecho.
“Mi más sentido pésame a los familiares y seres queridos de los fallecidos en el amotinamiento en la cárcel de Sto. Domingo. Este es un lamentable resultado de la violencia entre bandas”, dijo.
Tras el motín, la policía ecuatoriana anunció que se había movilizado junto a las fuerzas armadas y que habían reforzado la seguridad en otros penales del país.
En los últimos años las cárceles de Ecuador se han convertido en escenario de violentos ataques entre reclusos, principalmente debido a disputas entre bandas relacionadas con el narcotráfico y rutas de exportación de droga.
En abril pasado una disputa entre bandas por el control interno de la prisión de El Turi, ubicada en la sureña ciudad de Cuenca, causó la muerte de al menos 20 reclusos.
En un informe publicado en marzo pasado, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos aseguró que el sistema carcelario ecuatoriano está debilitado por el abandono del Estado y la ausencia de una política integral, así como las malas condiciones de reclusión.
Amnistía Internacional indicó en su informe anual de 2021 que al menos 316 presos murieron como producto de enfrentamientos en las cárceles ecuatorianas durante 2020.
El más grave de ellos tuvo lugar en septiembre de ese año, con un saldo de 119 fallecidos.
Las cárceles ecuatorianas, como muchas en América Latina, sufren de graves problemas de hacinamiento: en las 65 prisiones del país, con capacidad para unas 30.000 personas, hay unos 35.000 presos, datos oficiales.
Fuente: BBC News Mundo