EEUU celebra su aniversario del fin de la esclavitud más convulso

Abraham Lincoln anunció la liberación de los esclavos en Estados Unidos el 1 de enero de 1863, pero todavía pasaron más de dos años hasta que la noticia llegó a todos los rincones del país. Fue un 19 de junio de 1865 cuando los últimos esclavos de Galveston (Texas) fueron notificados y desde entonces ese día se conmemora el fin de la esclavitud. Ahora, 155 años más tarde, el país celebra su aniversario más convulso en medio de una ola de protestas raciales que ha desencadenado una guerra contra estatuas y símbolos racistas.

“Se informa al pueblo de Texas que, según una Proclamación del Ejecutivo de los Estados Unidos, todos los esclavos son libres. Esto implica igualdad absoluta de derechos entre los antiguos amos y esclavos, cuyo vínculo ahora será el mismo que el de un empleador y un trabajador”. Esas fueron las palabras que pronunció el general Gordon Granger, al frente de las tropas de la Unión, a su llegada a Galveston tras el final de la Guerra de Secesión.

Hoy, 155 años después de aquel día, muchos estadounidenses volvieron a celebrar otro aniversario del fin de la esclavitud en medio de la ola de protestas raciales tras la muerte de George Floyd, un hombre negro que perdió la vida a manos de un policía blanco el pasado 25 de mayo durante un polémico arresto en Minneapolis en el que rogó por su vida mientras el agente lo mantenía inmovilizado, unas duras imágenes que dieron la vuelta al mundo.

La conmemoración de lo que en EEUU se conoce como ‘Juneteenth‘ llega en medio de una nueva polémica protagonizada por Donald Trump, quien hace días se vio obligado a posponer un mitin de campaña previsto para este viernes en Tulsa, no solo por coincidir con el día en que se recuerda el final de la esclavitud, sino por el lugar elegido: una ciudad que hace casi un siglo, en los tiempos oscuros de la segregación racial, fue el escenario de una de las peores matanzas de afroamericanos que se recuerdan.

Al final el arranque de su campaña para las elecciones de noviembre no tendrá lugar hasta el sábado, según se encargó de recordar el propio presidente en su cuenta de Twitter, desde la que celebró que ya este viernes se estuvieran formando “grandes concentraciones” de sus partidarios en Tulsa. Un día antes, incluso se atrevió a decir al Wall Street Journal que la conmemoración del fin de la esclavitud se ha hecho “muy famosa” gracias a él.

Varias personas cargan un ataúd vacío simbólico con la bandera de EEUU, en Tulsa, Oklahoma.
Varias personas cargan un ataúd vacío simbólico con la bandera de EEUU, en Tulsa, Oklahoma.WIN MCNAMEE /AFP

La senadora Kamala Harris, cuyo nombre suena con fuerza como posible candidata a la vicepresidencia junto al aspirante demócrata Joe Bidencriticó al presidente Trump por haber hecho un “guiño a los supremacistas” blancos organizándoles una “fiesta de bienvenida” en Tulsa, mientras que la congresista Karen Bass, quien preside desde hace dos años el Caucus Negro en el Capitolio, no dudó en calificarlo como “una bofetada en la cara” a la gente de color.

CONTINÚA CRECIENDO LA TENSIÓN

Lo cierto es que los ánimos están más caldeados que nunca y mientras miles de personas volvieron a echarse a las calles para clamar por una verdadera justicia racial, la polémica por el derribo de estatuas y de otros símbolos racistas continúa creciendo, como en la ciudad de Richmond, en Virginia, donde un grupo de vecinos presentó una demanda en los tribunales para impedir la retirada de un monumento al general confederado Robert Lee.

Fue Texas el primer estado que en 1980 decretó día festivo el ‘Juneteenth’, tras lo cual le siguieron los pasos otros territorios, pero en las últimas semanas ha crecido la presión popular para que sea una fiesta federal en todo el país, como lo es también el Día de Martin Luther King, que se celebra cada año el tercer lunes de enero, o el Dia de Cristobal Colón, cuyas estatuas también han sido blanco de ataques en días recientes.

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