La población mundial alcanzará los 8000 millones el 15 de noviembre de 2022, y el año próximo India superará a China como el país más poblado, según proyecta un informe de las Naciones Unidas divulgado el lunes 11, Día Mundial de la Población.
El rápido crecimiento de la población “hace más difícil la erradicación de la pobreza, la lucha contra el hambre y la desnutrición, y la expansión de la cobertura de los sistemas de salud y educación”
Liu Zhenmin, subsecretario general de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas.
El informe Perspectivas de la Población Mundial, preparado por el Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de la ONU, estima que la población en el planeta puede llegar a 8500 millones en 2030, a 9700 millones en 2050, y alcanzar un pico de 10 400 millones en la década de 2080, manteniéndose en ese nivel hasta 2100.
La población sigue aumentando, pero a un ritmo anual más lento en las últimas décadas (por debajo de uno por ciento en 2020), y la fecundidad ha disminuido de modo notable en muchos países.
Dos tercios de la población mundial viven en un país o área donde la fecundidad es inferior a 2,1 nacimientos por mujer, nivel aproximado para mantener el nivel de población en lugares con mortalidad baja.
Se proyecta que la población de 61 países o áreas disminuirá en uno por ciento o más entre 2022 y 2050, debido a sus niveles persistentemente bajos de fecundidad y, en algunos casos, a sus altas tasas de emigración.
Más de la mitad del aumento de la población mundial previsto hasta 2050 se concentrará en ocho países: Egipto, Etiopía, Filipinas, India, Filipinas, Nigeria, Pakistán, República Democrática del Congo y Tanzania.
Se espera que los países del África subsahariana contribuirán con más de la mitad del crecimiento de la población mundial previsto hasta 2050.
La población de América Latina y el Caribe, que se ha cuadruplicado entre 1950 y 2022, se prevé que alcance un máximo de 752 millones de habitantes en 2056 y disminuirá hasta situarse en 646 millones en 2100, una cifra bastante similar a la existente en 2020.
América Latina y el Caribe fue la región con el segundo nivel más alto de fecundidad adolescente, con 53 nacimientos por cada 1000 mujeres de 15 a 19 años.
En países africanos y en partes de América Latina y el Caribe, la proporción de la población en edad de trabajar (entre 25 y 64 años) ha ido en aumento gracias a las recientes reducciones de la fecundidad.
Este cambio en la distribución por edad brinda una oportunidad, limitada en el tiempo, para lograr un crecimiento económico per cápita acelerado, conocido como el “dividendo demográfico”.
Para maximizar los beneficios de una estructura por edad favorable, señala el informe, “los países deben invertir más en su capital humano, asegurando el acceso a la atención de la salud y una educación de calidad en todas las edades, y promoviendo oportunidades de empleo productivo y trabajo decente”.
Liu considera que “el alcance de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (de la Agenda de las Naciones Unidas para 2030), especialmente los relacionados con la salud, la educación y la igualdad de género, contribuirá a reducir los niveles de fecundidad y a desacelerar el crecimiento de la población mundial”.
Se estima que la proporción de la población mundial de 65 años o más aumentará, de 10 % en 2022 a 16 % en 2050. Para entonces, se espera que el número de personas mayores de 65 años en el mundo más que duplicará el número de niños menores de 5 años, y llegará a igualar la población de niños menores de 12 años.
El estudio destaca que los países con poblaciones que están envejeciendo deben tomar medidas para adecuar los programas públicos al número creciente de personas mayores, sosteniendo sistemas universales de atención médica, de cuidado a largo plazo, de seguridad social y de pensiones.
La esperanza de vida al nacer alcanzó 72,8 años en 2019, una mejora de casi nueve años desde 1990. Se proyecta que las reducciones futuras de la mortalidad se traducirán en una longevidad mundial promedio de alrededor de 77,2 años en 2050.
Hay grandes desigualdades entre regiones del mundo: en 2021, la esperanza de vida de los países menos desarrollados era siete años menor que el promedio mundial. En América Latina y el Caribe se sitúa en 72,2 años, con una ventaja femenina de siete años (75,8) frente a los hombres (68,8).
La pandemia covid-19 ha afectado a los tres componentes del cambio demográfico: la esperanza de vida al nacer bajó a 71 años en 2021, en algunos países pudieron reducirse en el corto plazo los embarazos y nacimientos, y las restricciones a la movilidad impactaron la migración internacional.
Fuente: Agencia Inter Press Service