Miles de policías antidisturbios fueron desplegados este jueves en las calles de Hong Kong, para evitar cualquier manifestación prodemocracia con ocasión de la fiesta nacional china.
Las autoridades movilizaron a unos 6.000 agentes, indicó a la AFP una fuente policial, es decir, el doble del efectivo que normalmente se utiliza en caso de manifestaciones probables.
La República Popular de China celebra su creación cada 1 de octubre, un día festivo en el que se organizan eventos oficiales muy supervisados.
Pero en Hong Kong, parte de la población suele aprovechar esta fiesta para expresar su rechazo ante la voluntad de Pekín de interferir en sus libertades, pese a que estén garantizadas en el marco del acuerdo de retrocesión a China de 1997.
La jefa del ejecutivo local, Carrie Lam, participó junto a responsables chinos en un acto oficial en el centro de exposiciones de la isla, escoltada por las fuerzas de seguridad. Mientras, varios helicópteros sobrevolaban el territorio desplegando banderas chinas y hongkonesas.
El año pasado, el 70º aniversario de la creación de la China popular dio lugar a violentos enfrentamientos entre manifestantes y policías.
Pero este año las autoridades prohibieron cualquier manifestación, por razones de seguridad y por las medidas adoptadas para atajar la pandemia de coronavirus, que limitan las concentraciones públicas a cuatro personas como máximo.
Cuatro miembros de un movimiento opositor lanzaron el jueves por la mañana lemas prodemocracia cerca del centro de exposiciones donde se estaba celebrando la ceremonia oficial.
En las redes sociales, activistas prodemocracia invitaron a la gente a organizar “flash mobs”, aunque se cree que podrían llevarse a cabo protestas más importantes.
Más de 10.000 personas han sido detenidas por haber participado en manifestaciones en los últimos 16 meses, incluyendo a varios dirigentes prodemocracia.
La movilización fue muy fuerte hasta finales del año pasado, y su popularidad quedó confirmada en las urnas a finales de noviembre durante unas elecciones locales, en las que venció el bando prodemocracia.
Aún así, esos miles de arrestos y la llegada del coronavirus acabaron por asfixiar el movimiento a principios de año.
Además, Pekín endureció su represión con una ley sobre la seguridad nacional aprobada a finales de junio, que reprime la secesión y la subversión con penas particularmente severas.
AFP.