Cientos de viviendas e incluso comunidades enteras eran arrasadas este miércoles por infernales incendios en la costa oeste de Estados Unidos, en medio del alerta de las autoridades sobre potenciales muertes en masa.
Al menos seis personas han muerto en los fuegos, pero las autoridades advierten que probablemente sean reportadas más bajas en los próximos días porque de momento es imposible acceder a muchas áreas afectadas.
En Oregón, al menos cinco localidades quedaron “sustancialmente destruidas”, al tiempo que se realizaban extensas evacuaciones en el estado, según la gobernadora Kate Brown.
“Quiero ser franca al decir que esperamos ver una gran pérdida… Esta podría ser la mayor pérdida de vidas humanas y propiedades debido a los incendios forestales en la historia de nuestro estado”, señaló Brown en una conferencia de prensa.
Los vecinos estados de California y Washington también luchan por contener incendios que se extienden a gran velocidad desde el fin de semana debido a una intensa ola de calor, seguida de vientos fuertes y secos.
Entre los muertos reportados el miércoles está un bebé de un año, cuyos padres resultaron con graves quemaduras mientras trataban de huir de un incendio en el estado de Washington.
Tres personas no identificadas fallecieron en el norte de California, mientras que otras dos muertes fueron confirmadas en Oregón, en la región del Santiam Canyon.
“No van a ser los únicos fallecidos allí (en Santiam)”, aseguró el sheriff del condado de Marion, Joe Kast.
Jody Evans, residente de Detroit, una de las cinco localidades devastadas en Oregón, logró huir de su casa cuando el fuego se acercaba. “Fue como conducir en el infierno”, dijo Evans al canal Newschannel 21, sobre su escape entre árboles que caían, llamas y cenizas.
Sandra Spelliscy, funcionaria de Talent, Oregón, dijo que solo “ruinas” humeantes pueden ser vistas en grandes zonas de su comunidad. “Hay numerosos vecindarios donde no quedaron estructuras en pie”, dijo.
“Atemoriza”
En California, habitantes de la Bahía de San Francisco amanecieron con un cielo anaranjado similar a escenarios apocalípticos de las películas de Hollywood.
Así, se podía observar en el área de la Bahía el famoso puente bajo un cielo anaranjado. En algunas zonas, el cielo era tan oscuro que parecía ser de noche y en otras había cenizas cayendo como nieve.
“Los cielos anaranjados de esta mañana son el resultado del humo de los incendios forestales en el aire”, dijeron los funcionarios de calidad del aire de la Bahía de San Francisco en un mensaje en Twitter.
“Sabemos que el humo, la oscuridad y el brillo naranja atemoriza. Mantengan la calma y traten de mantenerse bajo techo”, tuiteó a su vez el departamento de bomberos.
Gran parte del humo provenía del norte, donde surgió el llamado “Bear Fire” durante la noche y a una velocidad sin precedentes, combinándose con viejos fuegos para sumar 250.000 acres (unas 100.000 hectáreas) y amenazar la ciudad de Oroville.
“Nuestra oficina encontró los restos de tres personas”, dijo el sheriff del condado de Butte, Kory Honea.
Advertencias de evacuación llegaron incluso a la ciudad de Paradise, donde hace dos años tuvo lugar el más mortífero incendio de la historia moderna de California con 86 fallecidos.
El cercano “August Complex Fire” también se expandía rápidamente para convertirse en el segundo más grande en la historia del estado, afectando 420.000 acres (unas 170.000 hectáreas).
Mientras en el incendio “Creek Fire”, en el centro de California, agotados bomberos corrían entre las llamas mientras gruesas columnas de humo subían del bosque de Sierra, ahora cerrado al igual que los 18 bosques nacionales del estado.
En una casa cerca de Shaver Lake, los restos chamuscados de una lavadora y un juego de comedor de jardín permanecían al lado del chasis cubierto de cenizas de una camioneta pickup, según un periodista de AFP.
“Da miedo… simplemente dejamos todo”, dijo Sandy Clark, de 68 años y quien dejó su casa y se fue a un hotel, en lugar de a un refugio por miedo a contraer coronavirus.
Devastación
Decenas de miles de personas han sido evacuadas a la fuerza en la región.
En Washington, donde la ciudad de Malden quedó diezmada, el gobernador Jay Inslee describió los incendios como “sin precedentes y descorazonadores”.
“Vivimos en un mundo nuevo. Ya no es el Washington de antes”, expresó al denunciar al cambio climático como principal agente de este tipo de desastre. “La devastación puede verse por todo nuestro estado”, dijo.
El gobernador de California, Gavin Newsom, añadió: “Literalmente, ya no tengo paciencia para quienes niegan el cambio climático… Ese punto de vista es completamente inconsistente con la realidad”.
En California, los incendios han devastado más de un millón de hectáreas este año, un récord absoluto, cuando aún quedan casi cuatro meses de la temporada por delante.
Más de 14.000 bomberos combaten unos 28 grandes incendios a lo largo del estado más poblado de Estados Unidos.
AFP.