La ministra de Salud de Argentina manifestó que la expansión de esta nueva variante será inevitable.
La variante Ómicron de la Covid-19 ya está presente en al menos dos países vecinos de Bolivia. En los últimos días fueron confirmados casos con esta cepa en Brasil y Chile, pero además en Rio Grande do Sul, en la frontera brasileña con Argentina y Uruguay.
Entre tanto, en Perú, otro país fronterizo, se activaron las alertas ante un ciudadano de ese país que posiblemente pueda tener la variante y que viajó a Japón. En Paraguay, hasta el momento no se tienen reportes de la existencia de esta nueva mutación.
En el casi Brasil ya suman seis casos con la Ómicron, todos en Rio Grande du Sul, mientras que el Estado chileno confirmó su primer caso, que es una persona de Ghana que reside en esa nación.
La ministra de Salud de Argentina, Carla Vizzotti, manifestó que es inevitable que la nueva variante se expanda, como lo hicieron las otras, por lo cual planteó la necesidad de que la vacunación sea obligatoria.
¿Que es la variante Ómicron?
La secuencia genómica de la variante ómicron (linaje B.1.1.529 en el sistema PANGO, o linaje 21K de NextStrain) muestra 55 mutaciones respecto al virus original de Wuhan, 32 de ellas situadas en la proteína S o espícula, la más importante por su papel en la infección de las células y la respuesta inmunitaria.
Muchas de esas mutaciones se han detectado previamente en variantes de preocupación (VOCs) o de interés (VOIs) del virus, como las mutaciones N501Y (presente en las VOCs alfa, beta y gamma), las T95I, T478K y G142D (todas en delta), o se ha demostrado su papel en la interacción con el receptor celular ACE2 (S477N, Q498R), o se encuentran en regiones de unión de algunos anticuerpos (G339D, S371L, S373P, S375F).
Esta acumulación de mutaciones con efectos conocidos ya es motivo de interés y preocupación, pero todavía se tienen que realizar los experimentos adecuados para demostrar sus efectos cuando se encuentran simultáneamente.
Los efectos de dos mutaciones no son siempre aditivos y las interacciones (epistasias en lenguaje técnico) pueden ser tanto en sentido positivo (aumentando el efecto de cada una) como negativo (disminuyéndolo).
Hasta que no dispongamos de resultados de laboratorio y de datos epidemiológicos y de vigilancia genómica que nos demuestren una mayor transmisibilidad o mayores posibilidades de escape frente a la respuesta inmunitaria no es razonable pasar de vigilancia a alerta o, menos aún, a alarma.
La razón esgrimida por la OMS para declararla como VOC es que puede estar asociada a un mayor riesgo de infección, si bien no hay todavía información pública que respalde esta afirmación.
Fuente: Página Siete Digital / Con información de la BBC